Ayer tuvimos sesión informativa en el
colegio que será de Carmen. Había servicio de guardería y allí la
dejamos para que fuese haciéndose el cuerpo. Pensábamos que iba a
montar la grande, y hasta nos reíamos compadeciendo a las
encargadas. Pero la chica que la cuidaba nos contó después que no,
que se estuvo muy quietecita (¡ella!) y que, cuando, para atender a otros la dejaba un poco, Carmen no gritaba ni lloraba: le caía una lágrima gorda, transparente, lenta y silenciosa. Yo estaba preparado para un follón monumental,
pero esa lágrima sola me ha matado. (Y de paso, todo hay que decirlo,
me ha dado una lección de retórica.)
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6 comentarios:
Prepárese, estimado colega (léase, progenitor de niña llamada Carmen que va a la guarde), me temo que es más lista que el hambre. Pues no es nada llamarse Carmen... Por cierto, muy tardía enhorabuena por la preciosidad de niño y la adorable y desdentada sonrisa que ostenta.
te gustariamos de invitar para participar en uma revista portuguesa pero no tenemos tu mail
és que lo podrias enviar para asuldenenhumnorte@gmail.com
?
perdona el malo castelano
Carlos dijo:
Enrique, hay algo que me suena mal, pero es posible que yo esté equivocado, así que asegúrate antes de plantearte la posible corrección:
Me suena mal eso de: cuando se le tenía que separar (creo que has querido decir "cuando se tenía que separar de ella" , y ese le no podría sustituir al complemento preposicional "de ella".
Posibles soluciones podrían ser:
cuando se quedaba sola
cuando se sentía apartada cuando se sentía desatendida cuando se apartaba de ella para atender
Pero consúltalo con alguien de tu confianza. Es posible que yo esté equivocado o no haya entendido lo que has querido decir.
Tú eres alguien de mi confianza, Carlos. Y esa frase me dio problemas cuando escribí la entrada. El problema es el "(¡ella!)" entre paréntesis, que no me deja volver a referirme a la cuidadora como ella. Pero ahora creo que está mejor. Gracias por la colaboración.
Efectivamente: no se podía poner otra vez ella por el ella entre paréntesis; por eso entre las posibles soluciones no te incluía ninguna donde apreciese ella. Tu solución la veo perfecta, más natural incluso que las mías.
ohhhhhhh¡¡¡
¿Por qué una sola profe tiene que tener tantos tesoros?
Dan ganas de volverse Robin Hood y asaltar la guardería y repartir los niños a sus padres.
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