jueves, 30 de abril de 2015

Uy


A veces recuerdo que no puedo confiar en mi memoria. Y compruebo las citas. Para el artículo de hoy, me fui a mi Quevedo, antes de mandarlo. Gracias a Dios, porque había puesto, modernizando el verso: "Todo lo cotidiano es mucho y feo". Como iba con prisas como siempre, dejé el ordenador abierto por la página. 



Luego, Leonor estuvo trabajando un rato en él. Anoche, cuando volví al duro banco, allí estaba abierto el dichoso soneto. Y mi corazón dio un vuelco: ¿qué habrá pensado Leo al ver lo que leo? ¿Recordaría al conde Tolstoi dejando mensajitos a la condesa por las esquinas? ¿Y qué me habrá querido decir con no haber cerrado la página: fue su discreción, su elegancia, su indiferencia, su inadvertencia o un sutil preguntarme "qué es esto"?






Nos la pegan

Ay, dolor

miércoles, 29 de abril de 2015

Bob


Al algarrobo de la entrada de Vistahermosa, que es un ejemplar espectacular, conocido popularmente como el "árbol gordo", le han hecho una poda. Hasta ahí, bien. Pero al desprevenido viandante, ¿quién le quita la impresión de que le han hecho una moda? Es un bob cut clavadito al de la Reina Letizia. Al natural el parecido es aún mayor que en la foto. No imaginé que las simpatías monárquicas del barrio llegasen a tanto. 


martes, 28 de abril de 2015

Dante y Lampedusa, unidos en la desgracia


Roberto Alifano dice que desciende, por parte de madre, del Príncipe de Lampedusa, que no tuvo hijos. O sea, que será, con suerte, pariente. También ha escrito una biografía de Dante en la que se enreda en el esoterismo. Leí la noticia, y dije: "Vade retro, un libro que no me compraré", y ya es difícil que yo diga eso, y más con Dante de por medio. A Roberto Alifano hay que agradecerle al menos que no engañe ni de lejos. 



lunes, 27 de abril de 2015

Mis clases cortas


Hay quien se pone una foto de sus hijos en el despacho para afrontar con voluntad la dureza de la jornada. Yo me la pondré para recordar que no es para tanto.


Me daba pena que, porque Carmen tiene fiebre, Enrique fuese  tan solo al cole. Así que, padre mimador, a la vuelta de mi trabajo pasé a recogerlo para que no tuviese que volver tarde y lento en el autobús. En el coche le conté que, al pasar por su cole de vuelta del mío, me he acordado de él y he parado. Me pregunta, entonces: "Papá, tus clases... ¿por qué son tan cortas?". 

Tras el estupor inicial, caigo en la cuenta. Y la cuenta que ha echado es matemática. Por las mañanas, les despido en casa o en la parada y, cuando llegan por la tarde, yo ya estoy en la parada. Enrique ha sumado dos más dos y ha deducido que, en efecto, mis clases son cortísimas. Le doy la razón y me comprometo seriamente ante vosotros y, sobre todo, ante su foto a no perder nunca la sonrisa por unas clases tan cortas como las mías, cuando él las tiene mucho más largas, y ved cómo se ríe. 




domingo, 26 de abril de 2015

Un argumento providencial



Me salta en internet este anuncio y me regocijo. Lo veo justamente una argumentación perfecta en defensa de la fidelidad. Porque la vida es cortísima, no estamos para distraernos de aquí para allá. Si nos sobrase el tiempo, todavía...


sábado, 25 de abril de 2015

César o Na... poleón


Me encantan los problemas límites de la traducción, así que he disfrutado mucho la anécdota que nos contaba en Twitter Julia Escobar: "En la primera versión francesa de "Rebelión en la granja" de Orwell, a Napoleón, el cerdo dominante, le llamaron César". Nuestra amiga lo atribuía al chovinismo. Yo propuse que tal vez no fuese un disparate, si Orwell quería dar un nombre vagamente dictatorial, pero que no enlazara muy directamente con la historia concreta ni con los sentimientos propios. A fin de cuentas, no le puso Cromwell a su cerdo. Replicó Julia que así se perdía la indirecta de Orwell contra las simpatías comunistas de la intelectualidad francesa, Camus aparte. Y es verdad que César se llevaba todas las connotaciones a Italia y, de rebote, al fascismo más que al marxismo. Um, qué interesante.

Al día siguiente corro a consultarlo con Aurora Rice, que tiene querencia a darme la razón, tan buena es, pero se la da a Julia. Oh, bueno, vale, pero qué bien me lo paso, sopesando.




viernes, 24 de abril de 2015

Se quella con ch'io parlo non si secca


Qué gran reseña, con grandes luces y grandes sombras, tiene Dante, poeta del deseo de Franco Nembrini. Y claroscuros: por ejemplo, el afán catequético católico muy elemental de Nembrini. Por un lado, carga un poco la mano; por otro, sin una base mínima de doctrina es imposible entender a Dante, y eso hay que entenderlo. A veces, da con la medida justa. Otras, se les ven las intenciones. Muy buenas, por cierto. 

Las grandes luces son fogonazos interpretativos muy brillantes, como cuando explica el porqué de la pena del contrapasso y lo enlaza con el respeto exquisito de Dios a la libertad y a la elección del pecador. Entre las sombras, me fastidia que siga Los nueve ensayos dantescos de Borges sin mentar al maestro. 

Pero yo venía aquí a hablar de mí. En el verso final (¡en el final!) del canto XXXII del Inferno, Dante le promete al Conde Ugolino que si le cuenta su historia le recompensará "si la lengua no se le seca". La de veces que habré leído eso pensando que era una frase hecha, nada más. Esta vez, sin embargo, he percibido la angustia de Dante de pensar que, aunque Ugolino le cuente la atroz historia, si le falta inspiración, no podrá escribirla. El miedo a la lengua seca, ay. Como es mi miedo, he temblado al cerrar el canto.


jueves, 23 de abril de 2015

Esperanza


"[El Quijote] Toda estética es una antigua ética. (He aquí otra de las cosas que adivinó Cervantes.)", adivinó Rafael Sánchez Ferlosio. Añado, esperanzado: "Una nueva ética será, D. m., una nueva estética". Luego caigo en la cuenta de que eso, justamente, fue otra de las cosas que demostró Santa Teresa de Jesús. 


miércoles, 22 de abril de 2015

Teoría y práctica


Ayer, en la última sesión del cursillo pre-matrimonial, advertimos a los promessi sposi de dos de los peores peligros teóricos del matrimonio, la leyenda áurea del noviazgo y la leyenda rosa del divorcio. "Cada casado es un castillo, un castillo cercado, qué aventura", fue el resumen. 

Y yo lo pasé bien, porque me gusta la teoría, pero sentía el tirón de la práctica, de contar pequeños detalles diarios de Leonor y míos o incluso glosarles estos dos versos de Enrique Baltanás, tan hondos:
La raíz de la vida es el amor.  
Por eso es tan oscuro y escondido.
Pero hice un esfuerzo, y me salí del programa. 



martes, 21 de abril de 2015

Otra autobiográfica


Carmen, hija de su padre, también ha roto en autobiográfica sin remedio. Estábamos regando cuando he llamado por teléfono. He dejado a Quique a cargo de la manguera. Cuando me he dado cuenta, estaba persiguiendo con el chorro a Carmen, que corría a refugiarse en la casa. Ha resbalado con el agua que ya había caído en la entrada. 

Pero apenas ha tenido tiempo para llorar. Carmen se ha ido, resuelta, a dibujar. Esto:



lunes, 20 de abril de 2015

Robar a un mendigo


Como los niños no paraban, me salí al atrio de la iglesia a oír misa con el rabillo de un ojo mientras que con el otro rabillo los miraba jugar. Eso me plantó delante del cartel del mendigo. No pude resistirme a fotografiarlo, aunque con mala conciencia. No le pedí permiso, porque qué explicaciones podría darle. Aproveché su devoción (entraba a menudo a rezar) y, click, como un furtivo, esta foto. 



Lo de menos son las faltas de ortografía. Me llamó la atención esa intrusión del discurso laico y constitucional (art. 14) en su cartel. Podría haber dicho, con más fuerza petitoria y más verdad de fondo y mejor contextualizado: "Todos somos hermanos". Se ve, en ese pequeño detalle, hasta qué punto van calando en la sociedad los discursos, y cómo acaba todo mezclado y confundido. A la salida, mis hijos le dejaron lo que él pensaría una limosna generosa; y era un precio ajustado por la foto; y también una penitencia autoimpuesta por el robo. 


domingo, 19 de abril de 2015

Ida y vuelta


Virgilio, en el Infierno, para convencer a Minos (si no recuerdo mal), le da esta definición del Cielo: "el lugar donde se puede lo que se quiere". Con independencia de la virtualidad argumentativa para Virgilio, y de la poética (porque Paolo y Francesca, pobres, han querido lo que no se puede), la definición tiene una gran fuerza didáctica, si se la lee a través del espejo. La tierra, para tener una vida celestial, ha de ser el lugar en el que uno quiere lo que puede.






sábado, 18 de abril de 2015

Censuradme, por favor


Un estribillo mío es pedir a los directores de los medios con los que colaboro o al jefe de opinión, en su caso, que no dejen de avisarme cuando cualquier detalle les parezca mal. Saltan espantados negándose en redondo: les suena a censura. Yo, evitando la palabra maldita, les ofrezco dos argumentos. Uno, de gestión y dinámica de grupos; y otro artístico. El primero: que un periódico o una revista es un trabajo en equipo y que tampoco querría yo ser el último en enterarme de que lo que hago no gusta. Nadie te dice nada hasta que te dicen que te vayas a tu casa. Uf, qué miedo. La nueva manera de trabajar, mandándolo todo por e-mail, sin contacto visual ni telefónico siquiera, no te permite atisbar reacciones por lenguaje no verbal, encima. Estás inerme. El segundo argumento es que un periódico o una revista es como una sinfonía: verdad que en mi columna o mi reseña hago de solista, pero el jefe es el director de orquesta y yo, tan jerárquico, quiero estar pendiente de la batuta, no perder el ritmo. 


Ninguno de esos argumentos ha convencido nunca demasiado a ninguno de los responsables. Gracias al artículo de hoy, he encontrado otro. Tiene la ventaja de que coge por los cuernos a la palabra prohibida. Y que es verdad. Si puedes confiar que tu jefe te va a censurar cuando haga falta o va a discutir contigo cualquier error o falta de tacto, puedes escribir con muchísima más libertad. Si el encargado de censurarte eres tú mismo pasa como en los buffets de los hoteles: que acabas sirviéndote más de lo justo. 



(Voy a reenviárles esta entrada, a ver si los animo.)

viernes, 17 de abril de 2015

Buenos días, tristeza


Anteayer y  ayer he tenido dos días muy tristes, lo que no deja de ser una novedad. Me miro con curiosidad casi científica. Pienso en la amargura de quien viva con el corazón así de encogido semana tras semana. Uf. 

Confluyeron muchas cosas: murió la madre de un amigo del instituto; la inspectora de educación vino a vernos; hay dos prólogos por escribir que pesan sobre mi conciencia, pues estoy retrasando unos libros que merecen la pena y que sus autores esperan ver publicados con la ilusión lógica; Corina se ha vuelto a su país... Mi intervención en la mesa redonda "El humor y los límites de la libertad de expresión" en el IES Santo Domingo no me levantó los ánimos. Mis compañeros de escenario dieron por ir proclamando, uno tras otro, su falta de fe, su incomprensión del hecho religioso y la asociación de las religiones con la intolerancia, el fanatismo, la censura y la violencia. Yo no lo sentía por mí, que a mí, plim, sino por los alumnos de bachillerato del instituto, que podían llevarse la impresión de que la alta cultura (la presentación nos había puesto por las nubes) era unánimemente atea. Últimamente me preocupa mucho este uniforme telón ideológico que se le ofrece a la juventud, qué monotonía monocroma. Yo empecé, pues, mi turno (era el último) rezando prácticamente el Credo. Creo que muy natural no quedó, y lo siento. Vanidad herida, esa redundancia. 

Luego, de fondo, está la muerte de Pukka. Los dibujos de Carmen no ayudan al olvido. 


A cambio, cuando pinta a la familia al completo, sin dejar de dibujar pequeños teckel por aquí y por allí, sí opta por la educación diferenciada, los niños con los niños, las niñas con las niñas. Y me pinta delgado, qué detalle:



Lo más bonito de todo ha sido esta mañana en el desayuno. Leonor y yo, por una vez, hemos dejado de hablar del sueño que tenemos, que es nuestra conversación de 15 años en el desayuno de cada día, y nos hemos reconocido tristones. Ha estado muy bien, ha sido muy reconfortante y conyugal. 

Y luego Christian Bobin me ha animado a encarar el presente de otro modo con una cita espléndida de Un simple vestido de fiesta:

La lectura de la Biblia es un punto extremo en tu vida de lector, esa vida bajo las ruinas. El otro punto es la lectura del periódico. El periódico es una lectura negra, espesa, inmóvil. La Biblia es una lectura blanca, luminosa, rutilante. En el periódico lees todo ya que nada es esencial. Vas metódicamente del rostro de los gobernantes a las piernas de los atletas, de América del Sur hasta los confines de la China, de la cotización del dólar a las cifras del paro. La lectura del periódico es una cosa seria, sin consecuencias en la vida como todas las cosas serias. En la Biblia, tan sólo lees una frase y es como una gota de alcohol puro, como una lágrima de los ángeles. Abres el libro, pones el dedo al azar en la página, el dedo cae en un pez, una palmera o un cordero. Lees, vas de tu vida a la vida, del presente simple al presente pluscuamperfecto. 



jueves, 16 de abril de 2015

Ciclo vital


Me pregunta un amigo cuánto tiempo echo en escribir la columna. Le digo que es difícil de calcular, porque no la escribo y ya está, sino que es un proceso. Y ya está: cambiamos de tema. Pero me ha picado la curiosidad y decido poner negro (y algunos colorines) sobre blanco el procedimiento. Me sorprendo. Descubro que cada artículo tiene un ciclo vital de tres días. Por regla general, claro, porque a veces me atasco y otras veces me acelero, cuando se me ocurre un tema a última hora que mando sobre la marcha. Pero me atasco poco y me acelero menos. O sea, que este plan suele cumplirse siempre. 



Puede parecer muy egotista exponerlo, pero tengo la excusa de la curiosidad de mi amigo; y la penitencia de la humillación. Porque muchos habéis pensado (confesadlo) que tampoco son para tanto.

miércoles, 15 de abril de 2015

El mono y el ángel


Me he visto, de golpe y porrazo, sin ordenador de sobremesa. 

En uno de los recesos del mono de abstinencia, he levantado la vista y he contemplado la hermosa perspectiva que cotidianamente me tapa la enorme pantalla. Qué bonito el salón, los niños al fondo y Leonor, y más allá el jardín con las flores de la primavera temprana. Por unos instantes, he fantaseado con la posibilidad celestial de limitarme, como estos días, a la tableta ---a ras de mesa---, y que está sirviendo mal que bien para escribir artículos y cartas cortas, y a la nube 2.0. 

Luego he recordado que soy un hombre y que mi sitio está, justamente, entre el mono y el ángel. La única cosa: acordarme más a menudo, cuando vuelva el ordenador, de levantarme y atisbar, oh, por encima de la pantalla.

martes, 14 de abril de 2015

Asfalto y mimosas


La foto no es buena, pero da testimonio. La lluvia y el viento habían dejado sobre el arcén de la autovía una alfombra amarilla. El negro del asfalto entre el agua y las flores nunca se había visto en otra. Yo paré el coche e hice mi foto, pensando (también) en vosotros, que sabréis imaginarlo como fue. 


lunes, 13 de abril de 2015

Pukka



Una de mis dificultadas para escribir esta entrada sobre la muerte de Pukka era no encontrar la foto adecuada. Carmen nos ha traído del colegio este ''dibujo de un perrito'' que me ha puesto el corazón en un puño. Al que conozca un teckel de pelo duro no tengo que decirle más. Para el que no, apuntaré que el collar de Pukka era rojo. 

La otra dificultad era interior. Pensé al principio que no era para el artículo del periódico pero que a vosotros, lectores del blogg, si podría contarlo. Luego me he dado cuenta de que el problema es mío. Se trata de la extrañeza que supone tener que decir uno el momento de la muerte de su perro, por muy mayor y enfermo que esté. Por seguir con Jorge Manrique, ya no es la muerte la que llama a la puerta, sino nosotros los que la llamamos a ella. Es un cambio copernicano, diría yo. Y ni aquí me considero con fuerzas para reflexionar sobre su alcance. Quizá por eso, buscando refugio en lo sagrado, lo llamamos ''sacrificar'' a un perro, pero es una vana argucia. Ante ese hecho, uno está, debe estar desnudo. 



domingo, 12 de abril de 2015

El arte

Imposible reñir a Carmen por este dibujo en la pared.

Lo que me sirve de ejemplo de una idea difusa que me ha acompañado toda la vida. El poder purificador del arte.

viernes, 10 de abril de 2015

Juan Bosco Navarro Grau


Juan Bosco Navarro Grau celebra estos días, a la vez, su Navidad y su Resurrección. Yo he repasado sus correos y he vuelto a emocionarme con una entrega de haikus: 


Como un espejo 
el eco de tus pasos 
llena la estancia.  
 
* 
 
Campo mojado. 
Habrá crecido el río 
mientras dormías. 

* 
 
Limpio arcoíris, 
la ramita del sauce 
dentro del agua. 
  
* 

En la nostalgia 
encuentran su acomodo  
hermosos días.   



jueves, 9 de abril de 2015

Venerable


Ayer debía de andar con un aura venerable. Me encuentro a una señora, que me comenta: "Qué mona está tu nieta Carmen...." Me mesé las canas, entre sorprendido y halagado. 

Pero no fue casualidad. A la entrada de la iglesia, se me acerca un respetuoso policía municipal: "¿Es usted de aquí?". O sea, deduje por su mirada y su actitud, que si era el cura. "Vengo a misa, soy un feligrés", repliqué, viendo que mi jersey oscuro, mi venerable edad y los papeles que llevaba en la mano, amén de la costumbre de algunos sacerdotes de ir de secreta, habían inducido al honorable error. 

Quería el buen agente de la autoridad que avisase en misa que había un coche mal aparcado y que o salía el dueño o se lo llevaba la grúa. Le expliqué que, debido a mis años y a mi dignidad, no podía entrar dando gritos (y tarde) en la misa. Él decía: "Yo con el uniforme, como comprenderá usted, no estaría bien que entre". Era un joven muy amable. 


miércoles, 8 de abril de 2015

Marqués y dos niños


Ha llegado a mis manos Bruno y Vera (duplex—papeles mínimos, Madrid, 2015), un díptico de Juan Marqués que es un tríptico: tres poemas a sus hijos. Está dedicado a Susana, lo que es un plus. Me interesa mucho la poesía de padres, como es natural, y la poesía buena, en general, así que he disfrutado por partida doble con estos versos. Juan, sin embargo, prefiere mantenerlos en penumbra. Que el lector tenga que esforzarse por llegar a ellos un poco, como nuestra intimidad, que está entreabierta a la calle, pero algo hay que empujar la puerta. Yo me conformo con dar la noticia, o levantar la perdiz, como se dice y no voy, pues, a reproducir más que un verso y medio:
Y que ahora estés aquí es una respuesta 
que no tiene pregunta
Al leerlo, he recordado el aforismo del embarazo del signo de interrogación, pero tiene más razón Juan. Y como estoy leyendo a Hadjadj, tan carnal, he pensado en una imagen más osada. Un hijo es una respuesta (nueve meses después) al abrazo de dos signos de interrogación que no tenían, en efecto, pregunta. Dos signos de admiración entrelazados, más bien. 



martes, 7 de abril de 2015

Casi santo


Henry Walpole es un santo entero, de una pieza, si me permiten la ironía con un santo que pasó por los métodos de martirio anglicanos. Es "casi mi santo", porque, aunque yo soy Enrique del Emperador, y no le voy a hacer de menos, qué devoción le tengo a mi tocayo, tanta que un poco le pido padrinazgo. A él, además, puedo hablarle en español, que lo habla con acento de Valladolid y fue, las almas y las letras, capellán de los Tercios de Flandes, nada menos. Su conversión es casi eucarística. Una gota de sangre que le salpicó en el martirio de Edmund Campion le cambió la vida por completo. Hoy, que quiero escribir sobre los mártires de Garissa para mi artículo de mañana, le pido una gota de su sangre en mi tinta. Un regalo por mi (casi) santo.

lunes, 6 de abril de 2015

Laetare, stérilis


Esta glicinia florecida de casa tiene un significado simbólico. Durante muchos años me asombró mi radical esterilidad. Muy aficionado a todo tipo de animales durante la infancia y la adolescencia, no lograba que criasen. Una vez unos palomos tuvieron pollos, pero se murieron. Luego me casé y tampoco tenía hijos. Entonces, cuando me mudé de casa, cogí unas semillas de la glicinia de la casa vendida y las planté, esperanza contra toda esperanza, en la nueva y germinaron y fue, como dicen los políticos, un cambio de tendencia. Ahora me agarran las plantas con una feracidad prodigiosa, --a propósito, regalo higueras, almendros y jacarandás, por si alguien quiere algo--. 

Anoche leí a Hadjadj esto: "Para no sucumbir a la tentación de tal empresa, para aprender a no confundir alumbramiento con adquisición, paternidad y propiedad, todas las matriarcas comienzan siendo estériles"; y sólo pude decir "Amén".




domingo, 5 de abril de 2015

Jerez-Xerez-Sherish


Me atropellan los días y los virus y no he contado aún la presentación del libro de memorias juveniles de MMGG que anuncié. El acto tuvo tres momentos memorables, a mi entender. 


1.-
Manuel María sorprendía a todos por su aguante bebiendo finos y olorosos en ferias y ventas de carretera. El secreto se lo explicaba a quien hiciera falta. Las copas tenían que ser "cortitas y frecuentadas". 


2.- 
Existía en la bodega la sana tradición de donar una arroba de vino a la semana a cada una de las órdenes religiosas de Jerez, incluyendo a los Hermanos fossores de la Misericordia, encargados de los enterramientos. Venían con sus tétricas barbas blancas y un inevitable aire sombrío a su alrededor que cortaba el aliento. A éstos, Manuel María les propuso que, si eran capaces de ir a la bodega a por su arroba sin que él los viese, podrían llevarse dos arrobas. No puedo imaginar un detalle a la vez más elegante y gracioso, una mezcla perfecta de generosidad y egoísmo, ¿o no?


3.-
Beltrán Domecq contó, de paso, que su padre le regaló una edición del libro capital de MMGG, Jerez-Xeres-Sherrish con esta dedicatoria: "A mi hijo Beltrán, para que llegue a ser un jerezano ilustre". En esa dedicatoria, hay todo un mundo, a poco que se sopese. Primero, por la magnanimidad, que marca a su hijo pequeño la meta de ser un Vir ilustre, nada menos. Y a la vez la humildad (por supuesto, involuntaria) de ceñirlo a su pueblo. Y juntamente el orgullo, también implícito, de que Jerez, por su vino y su renombre, es una manera de ser universal. Tirando del hilo de esa dedicatoria para mí que se podría escribir una historia del todo Jerez, digamos, y de su espíritu. 


viernes, 3 de abril de 2015

Ciencia ficción


Mi artículo de hoy responde a una inquietud de siempre. ¿Os habéis fijado en que nunca aparecen católicos en las películas futuristas? Qué rápidos nos dan por extinguidos. Y yo no imagino un futuro sin visitas al Santísimo. Tendría que haber un Blade Runner con cruces de mayo; una La Guerra de las galaxias con Oficios del Viernes Santo. 


jueves, 2 de abril de 2015

Paponimia


Está en casa mi cuñado Agustín. A mis hijos les encanta su tío y me parece muy bien y muy lógico, pues juega con ellos sin descanso. Hasta ahí, fantástico. Lo malo es lo que he oído. Mi hijo se llama también Agustín, como su abuelo materno. Se llama Enrique Gilberto Agustín del Sagrado Corazón y del Espíritu Santo, para ser exactos, y él lo sabe. Lo doloroso es que iba detrás de su tío diciéndole, como un argumento inapelable: "Yo me llamo Agustín, ¿sabes?"

Entonces me puse celoso.