miércoles, 31 de diciembre de 2008
¡Feliz año viejo!
Y no olvidéis el proverbio viejo y claro que clama Deyaneira en Las traquinias: "Llamar a un hombre [o a un año, añado yo] feliz o infeliz... Eso no se puede saber hasta el día de su muerte". Así que ánimo, muchachos, que en estas horas nos jugamos el 2008.
Mañana nos deseareamos feliz año nueve.
martes, 30 de diciembre de 2008
Consejos y propósito
lunes, 29 de diciembre de 2008
La voluptuosidad del hipocondriaco
domingo, 28 de diciembre de 2008
Una higa de coral
Yo le mando a mi zagal
una higa de coral
para que no le haga mal
el ojo del rey malvado,
.....que enojado,
.....y emperrado
.....el menguado
de niños es sanguijuela.["A la chiribirivuela", villancico anónimo]
sábado, 27 de diciembre de 2008
Susana y los viejos. Rembrandt
viernes, 26 de diciembre de 2008
El tabique indiscreto
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Feliz Navidad
Este año no me sale
el villancico... ¿Y por qué
me tendría que salir?
¿Tengo yo la sencillez
de los pastores o el vuelo
del Arcángel San Gabriel
o entono como los coros
angélicos de Belén?
Pero como soy grafómano
no me logro contener
en un prudente silencio
y a todos jaleo: ¡Olé!
Viéndome se ríe el Niño
y entonces suspiro: Amén.
martes, 23 de diciembre de 2008
Tabaco y cine
Lo he visto claro en My Blueberry Nights, la última de Wong Kar Wai. Aunque nadie lo diría, se trata de una película muy apropiada para las Navidades, que os recomiendo efusivamente. Además de la preciosa fotografía (rozando el preciosismo sin caer en él), de las constantes sorpresas del guión, de la suave banda sonora, del humo del tabaco, además de todo eso, la historia esconde —y va mostrándonos poco a poco— un trasfondo de esperanza.
Y todavía más. Desconozco las lecturas de Wong Kar Wai, pero ¿quién no ve en la escena del beso una variación del delicado poema "Berceuse" del JRJ del Diario de un poeta recién casado? Y la frase final, que resume toda la película, ¿no es una paráfrasis de la filosofía de G. K. Chesterton, concretamente de ciertas ideas de Ortodoxia y del argumento entero de Manalive? Si no influencias, son confluencias que nos muestran una honda sensibilidad similar. Mientras tanto, las carreteras y las barras fijas de los bares son la metáfora de la cuerda floja por donde atraviesan los personajes. La cruzan limpiamente hasta el final.
lunes, 22 de diciembre de 2008
Raúl Pizarro
Luego, releyendo el libro, he visto que la historia de su boda inminente apenas si sale en su diario, que no condesciende a la anécdota biográfica. La categoría de estos poemas está en su textura emocional. Yo, entrando en el capítulo de mis manías personales, destacaría la finura de su adjetivación y su ojo para los pájaros. De lo primero, un botón de maestro:
Un gorrión... Aparece suavementeEse "fuertes", tan sencillo como suena, retrata perfectamente al limonero, que parece de alabastro oscuro, y más en contraposición a la levedad del gorrión. De árboles, Raúl Pizarro sabe tela, y hace todo un recorrido botánico-poético bajo ciruelos, nísperos, jaboneros, alcornoques, nogales, sauces y la sombra del ciprés.
y pasea por las ramas fuertes del limonero.
Pero vayamos con los pájaros. Ya tenemos al suave gorrión, también aparece "el pincel distinguido de cualquier golondrina, / su acrobacia veloz, ágil, resuelta", y otro gorrión en un día de bochorno. La sorpresa mayúscula me la ha dado el minúsculo chochín, que yo decía que en español no cabe en un poema, y que Rául consigue nombrar con mano experta en esta refrescante estrofa:
La luz llegaba rota a la orilla del río,
hermosamente ............. rota,
y bajaba entre trinos
de mirlos, mosquiteros y chochines.
Para que esta nota de lectura no se quede sólo en un repaso raudo al ritmo de mis obsesiones personales, paso a copiar entero un poema que tiene toda la delicadeza de un haiku:
..........2 DE OCTUBRE
Las azaleas
que transplantamos
todavía resisten, languidecen
en la terraza,
recibiendo unas pocas atenciones.
Sus pétalos pequeños me reprenden
con piedad.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Adagio
Armamos entre todos bastante ruido con el asunto de la fluencia de un blog. ¿Tiene que tener un ritmo de actualizaciones, sí o no? Yo defendía (y defiendo) que sí, pero no defendía mi ritmo, que es o era un presto, allegretto o allegrissimo... En realidad, uno tiene claro que sin silencios no hay música, y que sin remansos, los ríos son torrenteras.
Otra opción a tener muy en cuenta es la posibilidad de un ritmo interactivo: que sean los visitantes los que mantengan viva una entrada mientras van haciendo comentarios. Darles su tempo, su tiempo. Fue muy revelador el comentario de Glez. Romano en el que se hacía eco de las quejas de algunos de sus lectores que no pueden seguir el ritmo de las entradas.
Yo he ido concluyendo, y una de mis conclusiones es que ahora me toca adagio. No sé si seré capaz, porque tiendo a confundir el teclado con una batería, pero, para empezar, voy a eliminar mis propias interferencias. He abusado de colgar links a mis artículos, que son ya cuatro por semana, como mínimo. Eso ahoga cualquier blogg, así que para que esos trasvases no alteren el cauce, me los voy a llevar a una piscina con su trampolínk y todo, por supuesto.
(Sólo seguirán aquí las columnitas de La Gaceta porque por su tamaño y su tema, las concibo como entradas de Rayos y truenos.)
viernes, 19 de diciembre de 2008
Una entrada menor
jueves, 18 de diciembre de 2008
Licencia de sombra
Y suma (restando) y sigue:
Versos estremecedores los hay a puñados. Ya que empezábamos con Pedro Sevilla, mirad cómo acaba un poema a él dedicado: “Sólo que ni tú podrás consolarme”. Qué homenaje tan bonito y tan triste, tan tembloroso, ¿no? Hacia el final del libro se descubre un veta irónica (“Para vivir” [p. 64] o “En clase de informática” [p. 71]), que nos promete muy buenos momentos con su próximo libro. Me dice que quizá salga pronto...................SOMBRA MÍA
No sé cómo te las arreglas
para estar siempre en mí.
Ni quién te dio
licencia de sombra.
Sólo sé que permaneces
en el verso
escoltando esta letra, tan tuya.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Del Gran Teatro al Polipoly
martes, 16 de diciembre de 2008
Lectores
Se ha convertido en un tópico literario asegurar que conocer a los escritores en persona conlleva una gran decepción. Por supuesto. Pero habría mucho que contar también sobre la impresión que produce conocer a algunos lectores. Aquel que al pedirte una cita te había asegurado que te admiraba muchísimo, cuando llega, en realidad, ha leído tres poemas tuyos en una antología, pero tiene gran interés en que le corrijas su libro inédito, que trae en un grueso sobre, que deposita en tus manos. Otro, en cambio, sí te leyó a fondo y te aprecia mucho, tanto —pondera, abriendo los brazos— como a Antonio Gala.
Me había extrañado mucho siempre que Luis Cernuda, cuando era un poeta consagrado, dedicase un poema a su lector futuro, uno y poeta, en el que ponía todas sus esperanzas; pero cada vez le entiendo mejor y con más melancolía; y eso que yo, sin ser tan consagrado, tuve más suerte y tengo unos pocos lectores estupendos, contando con mi madre y mi mujer. No son demasiados, pero bastan, y me hacen alentar la ilusión de que haya alguno más, silencioso, al otro lado de la página. Muchas gracias.
lunes, 15 de diciembre de 2008
domingo, 14 de diciembre de 2008
¡Manda condones!
Y además con adaptaciones curriculares. El anuncio conviene verlo para hacerse una idea de la gente que nos manda. Va de un hip-hop, y eso, aunque suena a ejercicio de aerobic, es un tipo de cante, así como suburbano. Oyendo la letra, lo indiscutible es que en el Ministerio de Sanidad creen que para entenderse con los jóvenes hay que hacer como los que se dirigen a los niños pequeños en diminutivos y diciendo el gua-gua y la caca; pero con voz de malote y en plan rollos, koko y stop. Y con musiquilla: “Tronco, yo no corono rollos con bombo, yo sólo con condón, con condón y floto pronto [...]. Con koko, yo gozo mogollón”.
El que flota mogollón es el ministro. Que Sanidad, frente a los 112.138 abortos en 2007 no tenga otra ocurrencia que salir con esta música, alucina, tronco. En primer lugar, porque a estas alturas, tras tantas campañas a favor del dogma de la goma infalible, no ha parado la sangría. En el último año los abortos han aumentado más de un 10 %. A muchos les parece el preservativo la panacea, pero el problema es que no lo es. Tras tanto mandar condones y recomendar condones y regalar condones, viendo cómo suben los abortos año tras año, ya podrían plantearse otras alternativas, aunque fuesen coordinadas con los clásicos anuncios del condón, y a modo de prueba.
En segundo lugar, esa forma brutal de frivolizar una concepción (“yo no corono rollos con bombos”) no es manera de concienciar acerca del valor de una nueva vida ni de responsabilizar ante los embarazos. De hecho, parece una apología implícita del aborto, ¿o no? Aunque venirles con la trascendencia del lenguaje a los creadores del hip-hop, es pedir peras al tronco, colega.
Por más vueltas que le den al koko, no se concibe (con perdón) una educación sexual que merezca los nombres nobles de "educación" y de "sexual" si no se funda en la dignidad de las personas, en el misterio (casi intangible) de los cuerpos, en un pasmo continuo ante la maravilla de la vida, en el milagro frágil del amor. Claro que para hablar de eso hacen falta mucho más que condones.
[Diario de Cádiz, 14-12-08]
sábado, 13 de diciembre de 2008
Feisbuqueando
Sí, sí, os habéis dado cuenta: en versión bajoandaluza y con las rebajas que acarrea la realidad, recordaba irremediablemente a Brideshead, que es uno de nuestros lugares de encuentro. Además, yo ya había estado antes allí y mi tema, ese día, fue la memoria. También tiene un punto Waugh el nombre de la finca, que se llama "Salto al Cielo" porque antes de la desamortización era el asilo de los cartujos, donde iban los monjes viejos a prepararse para el viaje, una especie de trampolín. La capilla, muy siglo XVIII, era preciosa, como un templete. Y eso es todo. Aunque puestos a feisbuquear, ¿cómo no poneros una foto nuestra? Las cosas, aunque sean las más tontas, hay que hacerlas a conciencia.
Y luego está la dimensión social del facebook, así que ahí os arreo una foto de la compañía, en el burladero de una plazita de toros del XIX de piedra, muy bonita. Como podréis comprobar por mi relajo, no se soltó ninguna becerra, gracias a Dios:
Lo de poner los nombres de todos es puro facebook, pero eso a mí me parece demasiado, la verdad. Lleguemos a un consenso y déjemoslo en que arriba del murete está Blanca Briales, la atenta anfitriona consorte o connuera, y que las fotos son de Inés Domecq, la pobre, que no posó nada, todo el rato corriendo para adelante y para atrás con su cámara. En cualquier caso, todo esto es la intrahistoria. Vine aquí a compartir con vosotros la cúpula, el verde inglés del prado, el eco a Evelyn...
viernes, 12 de diciembre de 2008
Sin entrada
-El llavero...No quiero entrar en más detalles penosos, pero entre otras cosas, se me ha olvidado el pen drive donde llevaba la entrada de hoy.
-La bufanda y el paraguas
-El maletín de profesor
-El portátil
-Los libros que voy a poder leer según las horas libres que tenga entre clase y
clase
-La cartera
-El dinero para dentro de la cartera (debo ya en la cafetería tres (¿o son cuatro?) cafés)
-El pen drive
-El móvil
-El cargador del móvil
-Los altavoces que me prestó un alumno para mi clase en
Madrid del jueves de la semana pasada y que todavía no le he devuelto.
-El CD con El viaje de Chihiro que me prestó una alumna a finales de octubre
-El llavero del IES con las llaves de las aulas y de mi departamento
-La tarjeta de fotocopias
-El Purgatorio en traducción de Dorothy L Sayers, que me ha pedido Aurora Rice
-Los exámenes corregidos de Soldadura
jueves, 11 de diciembre de 2008
Otro jueves
Llego al sitio y empiezo a dar vueltas. Muy cerca, pero en dirección prohibida, descubro un sitio tan amplio que incluso yo podría meterlo a la primera. Pero para llegar aquí tendré que dar toda la vuelta a la manzana. ¿Me lo quitarán? Desde Adán y Eva, las manzanas son peligrosísimas. Acelero un poco, lo que puedo: delante tengo un coche verde y lento y, más allá, otro blanco. El blanco no puso el intermitente: uno menos. El verde, sí. ¿Lo habrá visto él también? Le piso los talones.
En el paso de cebra se nos interpone una familia numerosa. Mientras empujan el dificultoso carrito, he de hacer un esfuerzo por mantenerme fiel a mis principios profundamente natalistas. Me mantengo. Cuando vuelven a cruzar para recoger al abuelo, que espera al borde de la acera, ponen a prueba mi frontal rechazo a la eutanasia. La rechazo. Ya han cruzado todos, por fin, y acelero. Doy una curva cerrada y allí está esperándome mi sitio, el mío, todavía. Aparco a la segunda. Miro el reloj. Seis minutos tarde. Casi puntual. Uf, respiro. ¿Quién dijo que los jueves son rutina?
miércoles, 10 de diciembre de 2008
martes, 9 de diciembre de 2008
Poetas, pájaros
lunes, 8 de diciembre de 2008
La batalla de Lepanto
domingo, 7 de diciembre de 2008
Justificaciones
sábado, 6 de diciembre de 2008
viernes, 5 de diciembre de 2008
Lenguaje no verbal
*
Ayer, en la estación de tren, según salíamos, un hombre de unos treinta y muchos años saludaba con una cara radiante de ilusión por encima de mi hombro a alguien que venía detrás de mí. Pensé: "Con menos años, sería su novia, pero..." Me volví, curioso, y vaya, efectivamente, estaba saludando a su madre.
A cambio, en El Puerto, vi hace unos días a un matrimonio que durante su paseo se había encontrado con otra señora. Se habían parado los tres a saludarse animadamente. Algo no encajaba, sin embargo. Me fijé mejor y pude comprobar que el marido estaba vuelto, como con sorpresa y alegría, hacia su propia mujer.
jueves, 4 de diciembre de 2008
El curso infinito
miércoles, 3 de diciembre de 2008
En camisa de once crisis
martes, 2 de diciembre de 2008
Pedro Serna
lunes, 1 de diciembre de 2008
La perfecta casada
domingo, 30 de noviembre de 2008
Mira y pasa
Curiosamente Virgilio da su venerable consejo pasota cuando cruzan por delante de los indolentes, los que no hicieron nada cuando podían y ahora, en el Más Allá, corren de un sitio para otro sin fin y sin propósito definido. Lo que se parece como una gota de agua a las numerosas medidas contra la crisis, a cada cual más histérica, que toma el Gobierno que negaba la crisis hasta que se abrió bajo sus pies. Éste es el momento de darles el consejo del cojo: “No corráis que es peor”. Cada remedio contra la crisis de estos acelerados la azuza.
Luego están las cruces, que descuelgan de los colegios para regocijo progresista. Lo que, a su vez, recuerda a la novela de Chesterton La esfera y la cruz en la que un feroz ateo empieza arrancando crucifijos y acaba viéndolos por todas partes: en los postes telefónicos, en las vallas de madera, en las señales de tráfico. Entonces se le desata un furor destructivo. La esfera y la cruz se publicó en 1910, así que ya da mucha pereza insistir en lo mismo, aunque uno se malicia que, si siguen empollando esta obsesión, terminarán queriendo echar mano a la cruz que llevo en mi pecho. Y ésta no me la tocan si no me arrancan antes, por decirlo con la dulce expresión de Garcilaso, el sentido. Para darle el toque funéreo que faltaba, Zapatero ha equiparado las exhumaciones a las canonizaciones, con una lógica laica inquietante.
Pero hoy ni ZP me inquieta. Me temo que para hacer una columna de opinión esta serenidad estoica no ayuda mucho. Convendría sentirse muy irritado con el mundo y sus engaños o no poder resistir las ganas de reírse de todo (por no llorar). Hoy ni lo uno ni lo otro. Para colmo, a ratos, en la mesa camilla, supero la serenidad estoica y rozo el nirvana budista, con esos ojitos semicerrados de Buda que se ha puesto tibio de pato a la taiwanesa.
Entonces me susurro a Góngora: “Ándeme yo caliente/ y ríase la gente./ Traten otros del gobierno,/ del mundo y sus monarquías,/ mientras gobiernan mis días/ mantequillas y pan tierno,/ y las mañanas de invierno/ naranjada y aguardiente,/ y ríase la gente”. Claro que esto no resulta muy heroico, ni está nada claro hasta cuándo vamos a andarnos calientes, ni yo soy Góngora, ni Góngora tenía que escribir artículos de opinión... El miércoles será otro día y a ver si me levanto más Quevedo.
[Diario de Cádiz]
sábado, 29 de noviembre de 2008
Curiosidad del idioma
Cuando hago un descubrimiento relacionado con el idioma me gusta compartirlo contigo. Puede que en este caso lo descubierto sea el Mediterráneo, como se suele decir; pero, en fin, ahí va: Un verbo que cambia de acepción según vaya en indicativo o en subjuntivo. El ejemplo: “puedes viajar con quien quieras”, y “puedes viajar con quien quieres”. En el primer caso querer es tanto como elegir; en el segundo significa amar.
Sabía que las palabras, muy orteguianamente, son, como las personas, ellas y su circunstancia; y que, por ello varían de significado según el contexto que las rodea, los gestos, etc. Pero me ha sorprendido que haya un verbo que en el mismo contexto cambie de acepción según el modo en que se conjugue.
Un abrazo,
JMGM
viernes, 28 de noviembre de 2008
Paradojas
*Los alumnos que leyeron mi “Aprender a suspender” son los que aprueban.
*Yo hablando de literatura... cuando es la literatura la que habla de mí.
*Defiendo que la poesía no es estética por la belleza de la idea.
*“Te leo si me lees” es una proposición indecente, por muy implícita que sea. Cuando la obra de la parte contratante es buena, la humillación es doble.
*No me siento cómodo de verdad con alguien hasta que no lo he decepcionado por lo menos una vez.
*Cuanto menos rezo más hablo de Dios, como tratando de llenar mi vacío soplando hacia fuera.
*Estoy muy cansado de mi vanidad, pero no tengo otra cosa.
*Desde que decidí que haría una serie de paradojas sólo se me ocurren metáforas.
*
jueves, 27 de noviembre de 2008
Me hace los honores
“Debes prevenirte de pensar mucho en el estilo”, sugirió mi amable consejera, “o te volverías como esa gente tiquismiquis que corrige y corrige hasta que lo dejan todo en nada”.
“Entonces, ¿esa gente realmente existe?”, pregunté, perdido en el pensamiento de cuánto me gustaría encontrármelos. Pero la informada señora no podía darme una información precisa.
A menudo oigo hablar de ellos en forma tentadora, y quizá algún día pueda llegar a conocerlos. Parecen deliciosos.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Lloreras
Y ya para forofos: Quien bien te quiere te oirá llorar. [Hay que pinchar en la portada de la revista, abrir el PDF y, finalmente, ir a la página 7]
martes, 25 de noviembre de 2008
Gambas
En mi familia hubo armadores de pesca hasta mi abuelo, y nos hemos reído siempre un poco de los madrileños que en verano mueren por tomar pescado en El Puerto, cuando el mejor pescado se manda a la capital. Sin embargo, allí, en un ambiente intelectual, entre estudiantes, yo en silencio y muy serio y concentrado, comprendí que los madrileños tienen razón. El pez y los mariscos mesetarios muestran un aire nostálgico, que quita el apetito. A la orillita del mar, te perdonan el bocado, pues eso hacen ellos, el grande al chico, pero tan lejos de sus saladas costumbres, dan una impresión de desamparo que encoge el corazón. “Padre, ¿por qué me trajiste/ acá?”
lunes, 24 de noviembre de 2008
Salta la liebre
.......HECHO CONCRETO
..........................A mi hija Koky
Es cierto:
.................Caen rosas,
rosas sobre mí, aunque no tienen
rosales los balcones.
Y en la calle
no queda ningún árbol, pero entran
ramas verdes por mi ventana y pájaros cantando.
Y estoy aquí, bajo mi techo,
cuando llega la lluvia y me lame.
Y en las sombras
de una noche cualquiera
viene el sol y me toca.
Tú sabes que no miento.
domingo, 23 de noviembre de 2008
Está pasando, lo estás viendo
Y quién no recuerda ahora los insuperables versos de Álvaro García:
Deja la actualidad que se hace solaYo a menudo me los recito con ligeras variantes, no sé si por mi mi mala memoria o por mi pesimismo ante la actualidad o por un imperturbable optimismo ante el presente o por un poco de todo:
y ve al presente que te necesita.
Deja la actualidad, que se deshace,
y ve al presente, que no pasa nunca.
sábado, 22 de noviembre de 2008
viernes, 21 de noviembre de 2008
¿Qué es peor?
jueves, 20 de noviembre de 2008
No, Nabokov
miércoles, 19 de noviembre de 2008
lunes, 17 de noviembre de 2008
Guardia de tráfico
Hoy pondré un ejemplo ajeno, mañana propio. Hoy, José Emilio Pacheco y un poema que hubiese estado mejor en un libro de memorias o en una entrada de blog; mañana, un texto mío que estaba mal estacionado como poema, y que una grúa ha movido a al garaje de La Gaceta como pequeña columna. Para devolver lo de Pacheco a su sitio, lo copio aquí, donde pega:
EL FORNICADOR
En plena sala ante la familia reunida
—padres, abuelos, tíos y otros parientes—
abro el periódico
para leer la cartelera.Me llama la atención una película
de Gary Cooper en el cine Palacio,
o en el Palacio Chino, ya no recuerdo.Lo que no olvido es el título.
Pregunto con la voz del niño de entonces:
“¿Qué es El fornicador?”Silencio, rubores,
dura mirada de mi padre.
Me interrogo en silencio:
“¿Qué habré dicho?”La tía Socorro me salva:
“Hay unas cajas de vidrio
en que puedes meter hormigas
para observar sus túneles y sus nidos.
Se llaman formicarios.
Formicador
es el hombre que estudia las hormigas.”
domingo, 16 de noviembre de 2008
Furbo
[Peor, en cambio, que se me hayan comido en la página web del Diario los puntos y aparte.]
viernes, 14 de noviembre de 2008
jueves, 13 de noviembre de 2008
A vuelta de correo
Kiko Méndez-Monasterio ha escrito la novela La calle de la luna. La sinopsis argumental la logra con una exactitud alucinante y profética esta soleá de José Luis Tejada en Cuidemos este son(Renacimiento, Sevilla, 1997; pág. 24):
Tú has de llegar paso a pasoA mí me gustaría que la novela me hubiese gustado menos, sinceramente. Habla de los años universitarios de mi generación, de una frivolidad que se hacía hielo, o nieve. La mía, mi frivolidad, era no frost, pero me he sentido bastante retratado y ya sabéis cómo me inquietan mis retratos. Sentir nostalgia me ha sorprendido, la verdad.
de la calle de la Luna
hasta la del Desengaño.
Aún más me ha gustado el novelista. M-M escribe digamos que de puta madre, con sentido del lenguaje y de sus ritmos. ¿Un ejemplo? Precisamente tanta palabrota (puta, joder, gilipollas, etc.), que suena fresca en la boca del estudiante recién llegado, pero imperceptiblemente, a medida que el tío va cumpliendo años y acercándose a la treintena, va cansando, tanta palabrota, que se solidifica y pesa. Conseguir un efecto tan sutil con un material tan basto tiene mucho mérito.
¿Una crítica? Hubiese pagado para que la novela acabase en la página 177, donde se está la imagen más rotunda y melancólica de La calle de la Luna. Habría sido un final redondo y a la vez abierto, con cierto atisbo de esperanza. Y con qué frase para el punto final: "Sí, matamos todo lo que queremos. Por querer poseerlo, lo matamos".
miércoles, 12 de noviembre de 2008
martes, 11 de noviembre de 2008
lunes, 10 de noviembre de 2008
domingo, 9 de noviembre de 2008
¿Qué será lo que tiene el negro?
Lo de llamar a los negros “personas de color” era un circunloquio extravagante y una discriminación para con los otros colores: el albino, el blanco, el rosa, el amarillo, el moreno o el piel roja. Lo de “afroamericano” siempre me pareció una grosería porque les recuerda que vienen de otro continente. Con Obama hemos vuelto al simple negro, paralelo al simple blanco. Y ¿por qué con él? Pues —además de porque él mismo lo ha utilizado bastante— porque se ha convertido en el hombre más poderoso del mundo y, por tanto, cualquier intención peyorativa se cae por su propio peso. Si hubiese perdido las elecciones, ahora sería el pobre candidato de color. O sea, que el caso del negro Obama ha puesto en evidencia la paradójica condición de los eufemismos, que resaltan lo que pretenden ocultar.
Ése es el primer servicio de Obama al mundo. Los próximos habrá que verlos, y lo sensato sería esperar un poco. Se ha generado un exaltado entusiasmo que presagia profundas decepciones, no necesariamente por culpa del líder, sino por la misma naturaleza de las cosas. José Manuel Benítez Ariza ha visto con agudeza que esta catarsis colectiva y planetaria es “un episodio más de los ritos consecutivos de la entronización del poderoso de turno y su posterior defenestración”. Ante tantas promesas de cambio, no podemos evitar un recuerdo al Príncipe de Lampedusa, que apostilló: “Algo debe cambiar para que todo siga igual”. En líneas generales, la política internacional y el papel de los Estados Unidos no van a pasar ahora del negro al blanco ni viceversa.
Otra parte del entusiasmo se debe a lo que yo llamo el Antisíndrome de Stendhal. En La Cartuja de Parma, Fabrizio del Dongo cruza un jaleo tremendo sin enterarse de que está en la trascendental batalla de Waterloo. Nosotros, por la vanidad de no caer jamás en el ridículo del Del Dongo, nos hemos pasado al otro ridículo, y descubrimos un Waterloo en cualquier esquina. Todos los partidos de fútbol son el partido del año, las bodas lo son del siglo, el invento lo es de la década, el concierto de la generación y así. Con nuestra compulsión por vivir momentos históricos a cada rato resulta natural que pensemos que la llegada de un negro a la Casa Blanca es un hito comparable al Descubrimiento de América.
El color del presidente nos debería importar muchísimo menos que su gestión. Por ahora le aplaudo el desmantelamiento de un tabú lingüístico y esa impresionante habilidad suya para despertar las grandes esperanzas. A ver si cumple algunas al menos en parte.
[Grupo Joly, pero no ha sido colgado de la página web]
sábado, 8 de noviembre de 2008
Dios en el autobús
Soy firme partidario de que nuestros progres indígenas importen pronto esa campaña, que tanto les gusta. Pero sin pedir subvenciones, eh, que aquí ya nos conocemos; sino aflojándose la cartera, como Dios manda y como ha hecho el prestigioso catedrático Richard Dawkins, el de El espejismo de Dios. (Sí, sí, aquel que no se atrevió a mantener un debate público sobre la existencia de Dios con el periodista católico Paul Johnson.)
Además de por el divino placer de ver a nuestra progresía soltando pasta para algo que no sean sus viajes de merecido descanso todos los meses del año o sus compras por Nueva York, la campaña fomentaría precisamente un debate público sobre un tema de interés, que ya está bien de hablar de los fracasos y aspiraciones sociales del presidente Zapatero, el de me invitan, bien, no me invitan, ay.
Lo primero que quieren que discutamos, por lo visto, es quién disfruta la vida y quién se preocupa. Es una lástima grande que no exista un felicímetro para comparar. En cualquier caso, mediante la observación directa es fácil comprobar que los progres, que se autodenominan tan despreocupados, muestran una preocupante preocupación con el tema de Dios, que, teniendo en cuenta que para ellos no existe, sorprende.
Mi única duda es que no sé si animándoles estaré fomentando que tomen el nombre de Dios en vano. Yo creo que no porque si algunos creen que así luchan por la verdad, están sirviendo a Dios, que es la verdad. Y quien la busca Le encuentra. Por otra parte, Santa Teresa de Jesús, ese milagro indiscutible de la prosa castellana, ya dijo que Dios andaba entre los pucheros. No resultará tan irreverente, por tanto, verlo en los autobuses.
Preparando el libro
El optimismo se apresura a decirme al oído: “Cada vez escribes mejor, amigo”.
El pesimismo sonríe y, saliendo de la habitación, a la media vuelta, dispara: “De las entradas de ahora, ya hablaremos en dos años…”
viernes, 7 de noviembre de 2008
Primeros versos y último de un poema de Mario Quintana
y hasta de una palabra
como cuando escribo tu nombre en medio de la página
y me quedo pensando más o menos en ti
porque pienso también en otras cosas…
[ … Pone el poeta luego numerosos ejemplos de otras cosas, como los ejercicios de álgebra del colegio. Entonces Quintana, que no fue un gran matemático de estudiante, se hace el propósito de serlo en la próxima vida y promete a sus antiguos desilusionados profesores que se aplicará porque, a fin de cuentas, “la matemática es el único pensamiento sin dolor”. Lo promete, pero se da cuenta enseguida de que está mintiendo y acaba con este inolvidable verso:]
Qué fortuna morir de amor y continuar viviendo…
jueves, 6 de noviembre de 2008
Peligro: elogios
Algo parecido habrá pensado Álvaro Salvador al leer la elogiosa reseña que Luis Antonio de Villena le propina a su libro de aforismos titulado Después de la Poesía en la revista Mercurio. Lo pone bastante bien (“demuestra buenas dotes y supera el notable”), aunque añade que “todo hombre inteligente puede hacer aforismos” y da, para remate, unos botones de muestra que parecen, más bien, unos rejones de muerte: “La carne es triste, sí, sobre todo cuando envejece” y “Cualquiera que proyecte tener un hijo en estos tiempos es un insensato”. Supongo que Álvaro Salvador estará diciendo lo que yo: “Hay elogios que, oye, mejor los dejamos”. O no: quizá esté encantado porque, efectivamente, sean ésos los aforismos estrella del libro. Lo que sería más grave.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Oh Waugh
martes, 4 de noviembre de 2008
El otro síndrome de Stendhal
lunes, 3 de noviembre de 2008
Al fin
"Bueno", me digo, "ya era hora". Ahora
podré escribir suspiros desvaídos
y romper de una vez el ritmo ese
de los endecasílabos peinados
con su rayita en medio, y los acentos
cada cual en su sitio, y la sonrisa.
Estoy tan deprimido por fortuna
que escribiré un lamento casi hueco
como exige la crítica: sin métrica,
urdido de vacío y vaguedades,
desmayado y ruinoso, enrevesado.
Qué maravilla la melancolía,
la desazón, qué dulce, la tristeza,
qué alegría la desesperación
y justo hoy, cuando desesperaba
de hacer poesía postmoderna. Al fin
voy a dejar de celebrarlo todo.
domingo, 2 de noviembre de 2008
sábado, 1 de noviembre de 2008
Sushi
Sin embargo, en aquel sushi especial había unas huevas de atún que no nos entraban por los ojos… ni por la boca. Cada hueva tenía prácticamente el tamaño de una pelota de ping-pong y un color fluorescente medio naranja, medio rosa. Entre los dientes, explosionaba como las burbujas del plástico de embalar. Fue lo único que nos dejábamos en la bandeja.
El camarero protestó con pundonor: “¿No se toman el muy delicioso caviar de atún?” Contestamos: “No”, invulnerables al pomposo sortilegio de la palabra “caviar”. Entonces entornó aún más los ojos y apostilló con una astucia en extremo oriental: “Es bueno para la piel”.
Instantáneamente los cuatro tenedores de nuestras respectivas esposas se lanzaron sobre el plato, entrechocando como en Los tres mosqueteros: “Uno para todos y todos para uno”. “Je, je”, se sonreía el camarero. “¡Qué lección, qué lección!”, se admiraba un amigo que se dedica al marketing. Yo, que me dedico a escribir y en consecuencia soy más melancólico, musitaba: “Y eso que todavía no les hace falta”.
viernes, 31 de octubre de 2008
Me alegro
No diré que es la única prueba ni la mejor porque existen el cariño de los buenos y el aprecio de los inteligentes, pero es una prueba muy rotunda. Alguno podría decirme: “Hombre, Máiquez, mejor que no nos pongan bombas”. Y yo replicaría: “Si es porque ETA está aplastada y todos sus miembros en la cárcel, por supuesto”.
Pero mientras repte, me honra que mi Universidad la provoque. Es como en el ejército, si me perdonan el símil. Todo militar se enorgullece de que su compañía está en primera línea de fuego, y no otra.
Decirlo en Cádiz es más fácil, claro, pero yo, desde mi puesto, hago lo que puedo y, aplicándome la doctrina O’Connor de que mi gran oportunidad para la santidad es que me hagan mártir, estoy convencido de que mucho mejor que morirme de una larga enfermedad o de un inútil accidente de tráfico, sería caer por Dios y/o por España en un atentado terrorista. Eso sí, por si me leen los muy cabrones, conste que prisa no tengo ninguna.
jueves, 30 de octubre de 2008
Nana
Duerme tranquilaTemblando como una gacela, con los ojos abiertos como un gamo, uno le preguntaría al sabio académico poeta: "Oye, ¿seguro?"
que los lobos no matan
ciervas dormidas.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Weltanschauung Botellón
martes, 28 de octubre de 2008
Qué pasa
He pensado en Bloy ante la tremenda inyección de dinero con que los gobiernos se aprestan a salvar a los bancos de la insolvencia. Yo me hago la pregunta —retórica— de si mi banco me inyectará liquidez para hacer frente a mi hipoteca. Y en vez de contestarla, para qué, he ido a releer aquella parábola de Jesús en Mateo 18, 23-35. ¿La recuerdan?
Un rey le perdona a uno de sus siervos una deuda inmensa, de diez mil talentos. Ese siervo, en cuanto sale a la calle, se encuentra con uno que le debía apenas cien denarios y, agarrándole y ahogándole, le gritaba: “Págame lo que debes”. Y como no podía, lo echó a la cárcel. Al enterarse, el rey se indignó y entregó al sinvergüenza a los verdugos.
No me digan que la parábola no está de palpitante actualidad. Claro que el final de ahora no será tan redondo como el evangélico. A los gobiernos socialistas, socialdemócratas, neosocs o exneocons, ¿qué más les da lo que hagan después los bancos? Les basta con que el chiringuito no se venga abajo. A ellos, nosotros, plim.
lunes, 27 de octubre de 2008
Variación
Lázaro, con pena, en confidencia: “Señor, no le vi la gracia”.
Jesús, sonriendo, enternecido, halagado, le abraza y le asegura con convicción: “Amigo, no te preocupes, la próxima vez, después de mí, se la verás”.
domingo, 26 de octubre de 2008
Comas suspensivas
Queridos amigos;
Os mando el artículo de mañana. En la primera frase hay una falta de ortografía voluntaria y caprichosa. En vez de puntos suspensivos, he usado comas suspensivas, que me parecen que reflejan mucho mejor ese titubeo a mitad de la frase y son menos ortopédicas que los tres puntos y la coma que exige la ortodoxia ortográfica.
Me hace especial ilusión aportar mi granito (o tres) de arena a la heterografía o, si tanto no puede ser, a la extravagancia . Lo hizo (a su modo jenial) JRJ, y está bien la rama que a su tronco sale,,, o lo intenta. En todo caso, si los manuales de estilo del Grupo Joly chirrían demasiado, cambiádmelo y punto (ahora sí, suspensivo).
Un fuerte abrazo,
Enrique
sábado, 25 de octubre de 2008
Se acabó la siesta
No logro pegar ojo.
viernes, 24 de octubre de 2008
Obras de misericordia
Profesor de instituto, trato de enseñar al que no sabe. Que no saben ya se sabe, y algo les enseñaré en un año, digo yo. Los buenos consejos los intento dar siempre que puedo: los adolescentes los necesitan tanto que algunos incluso los piden. Corregir al que se equivoca es facilísimo: no hace falta aguzar la vista, vaya. Perdonar las injurias cuesta más, como es comprensible, pero qué remedio. Aprender —no le quitemos mérito a los alumnos— cansa, y una manera natural de revolverse es cargar de vez en cuando contra el pobre profesor con un mote definitivo. Uno ha de disponer de la suficiente cintura (y memoria) como para entender que se trata de una venerable tradición educativa.
Después de los exámenes, en cambio, el profesor se reconvierte en paño de lágrimas: ha de consolar al afligido. “Tú puedes, ánimo muchacho, solamente tendrías que estudiar de vez en cuando, sentarte en primera fila, no tirar papeles en clase, dejar de gritar, no hacer novillos, atenderme algo”.
Tolerar los defectos del prójimo, uf. Sobre los defectos del prójimo —o sea, de los múltiples prójimos que nos asedian: alumnos, padres de las criaturas, compañeros y compañeras, como dicen los defectuosos sindicalistas, directivos, altos jerarcas— habría mucho, pero mucho que hablar…, si no tuviese en este momento una viga maestra en el ojo.
La última obra de misericordia espiritual es rezar por los vivos y los muertos, y, si no es lo único, es lo mejor que un profesor puede hacer por sus alumnos. Uno los ve marchar enseguida —los cursos vuelan— y queda lamentándose de que les enseñó poco, que no los corrigió bastante, que se impacientó, que los consoló mal y que los toleró peor. Entonces nos queda la oración, tan versátil.
¿Cómo podría agradecer a la Junta que me empuje a practicar las obras de misericordia espirituales? Y por si fuera poco, ellos hacen conmigo todo el catálogo de las obras de misericordia corporales: dan de comer al hambriento, de beber al sediento, de vestir al desnudo… Dios se lo pague.
jueves, 23 de octubre de 2008
Un muerto y un vivo
miércoles, 22 de octubre de 2008
20 de noviembre de 1975
martes, 21 de octubre de 2008
Dormidina
En otra clase, un alumno B [de hecho se apellida B.] se hacía el dormido. En este caso era por fastidiar(me). Una huelga de párpados caídos. De vez en cuando, sin embargo, abría el ojo para ver cómo iba su lucha de clase. Mientras yo explicaba las nuevas organizaciones empresariales, iba pensando qué diferencia entre el sueño del primero y el del segundo.
Y así iba a dejar la cosa. Ni lo conté en casa ni pensaba hacerlo aquí, pero por la noche, tarde, en la cama, Leonor me pidió: “Cuéntame algo, que no me das cordel”. Yo le dije: “Es tarde. Tratemos de dormir”. A lo que replicó: “Es que oyéndote me entra el sueño...” Ah, con que eso es.
lunes, 20 de octubre de 2008
Vitamina C
Sólo hay una nostalgia: la del Paraíso. Y tal vez la de España.
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La cosa más difícil del mundo es hablar de uno mismo sin exasperar a los demás. Una confesión sólo es tolerable, si el autor se disfraza de pobre diablo.
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Me extraña que no sintamos envidia de quienes tiene la facultad de rezar, mientras que sentimos la mayor envidia de las riquezas y los éxitos exteriores de los demás.
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Lo importante en el arte es su necesidad.
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Si se quiere dar vivacidad al estilo, hay que rozar la incorrección en todo instante.
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Meditar es oponerse a la abundancia de las ideas.
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Sólo hay que escribir y, sobre todo publicar cosas que hagan daño, es decir, que recordemos.
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Si la palabra nobleza tiene algún sentido, sería tan sólo el de designar el consentimiento a morir por una causa perdida.
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Las sociedades igualitarias son más fáciles de destruir que las compartimentadas.
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Tener experiencia significa expiar los entusiasmos.
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Bach es para mí una anti-duda.
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El pecado no es estar triste, sino amar la tristeza.
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Reírse burlonamente o rezar: todo lo demás es accesorio.
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No es el absurdo lo que se opone al misterio, es la nada. El misterio es señal del ser.
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¿Los instantes de mi vida que más cuentan? Aquellos en que no hacía nada, en que permanecía tumbado, atento al paso del tiempo o rumiando alguna pregunta. Nada supera a la meditación, que es la forma suprema del ocio. El tiempo vacío de la meditación es, a decir verdad, el único tiempo lleno.
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Hay que atenerse a un solo idioma y ahondar en su conocimiento de la mañana a la noche. Para un escritor francés, una conversación con su portera es más provechosa que una plática con un gran sabio en una lengua extranjera.
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Sociedad y prohibiciones son términos correlativos.
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Odio y acontecimiento son sinónimos. […] La bondad por el contrario es estática; conserva, detiene…
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[Sobre los estudios lingüísticos] Las dificultades concretas con las que he tropezado me bastan, ¿para qué voy a afrontar las abstractas?
domingo, 19 de octubre de 2008
Trampolines
Disculpen los escombros.
Aniversario
[...]
Los franceses de París
devotos de San Donís
dexaron la flor de lis
metida en un botijón.
Franceses ¿por qué razón
fuístes de Ruysellón?
Ellos son onbres jentiles,
mas los nobles y aviles
si les faltan los barriles
les falleçe el coraçón.
Françeses, ¿por qué razón
fuístes de Ruysellón?
[...]
sábado, 18 de octubre de 2008
Hombres-anuncio
La parte acertada es hablar de dignidad. Ni los políticos más progresistas de uno y de otro signo pueden desprenderse del código de valores de nuestro siglo de Oro (de hondas raíces judeocristianas) y en cuanto se descuidan ya están hablando muy huecos de la dignidad del hombre o querellándose calderonianos por ofensas a su honor. A uno, que tira a anacrónico, le resulta gratificante comprobar que Gallardón sigue teniendo en cuenta esas antiguallas imprescindibles.
Lo equivocado es el resto. ¿Por qué se preocupa solamente de los hombres-anuncio, y no de la dignidad de los embriones a los que arrasa la píldora abortiva? ¿Y del honor de las mujeres que se prostituyen en las esquinas? Esta discriminación positiva y prohibitiva a favor, digamos, de unos pero no de otros resulta un tanto sospechosa.
Luego está el quid. ¿Por qué es indigno trabajar de hombre-anuncio? ¿Qué tiene de menos honorable que ser político, sin ir más lejos? El hombre-anuncio va con un cartel y el político va en un cartel. El hombre-anuncio vende algo, pero no se vende él, ni nos sonríe a la fuerza, adulador.
Hay mal pensados que opinan que la decisión del alcalde responde a su interés por rentabilizar sus chirimbolos publicitarios y que está eliminándose la competencia de un bandazo municipal. Eso sería lo mejor, porque la otra lectura es que para Gallardón la dignidad de un oficio depende del beneficio. Los deportistas, embadurnados de anuncios de los pies a la cabeza, sí le parecen muy fotogénicos a don Alberto.
Tampoco le preguntó a los interesados. Los que han salido hablando por la tele no tendrían inconveniente en ser alcaldes de Madrid o asesores del mismo, pero no abrigaban grandes dudas sobre su propia dignidad personal. Por lo menos hasta ahora.
Quizá ustedes piensen que exagero, pero yo creo que no. Me parece grave que un responsable público considere indigna una forma honrada de ganarse el pan. Además me siento un poco aludido: ¿o es que un columnista, con su carita asomando por encima de su artículo, no tiene toda la pinta de un hombre-anuncio?
viernes, 17 de octubre de 2008
Campanadas
jueves, 16 de octubre de 2008
La virtud educativa de la desgracia
Lo cuenta José Jiménez Lozano en Segundo abecedario y lo cuento yo, estremecido, cada vez que tengo ocasión. Cuando me escucha Leonor dejo muy claro, eso sí, que el sacrificio de Carlota fue inútil del todo. Su marido la sobrevivió quince años, en los que siguió intentándolo, pero nada.
El otro día volví a contarlo. A mitad de la historia me di cuenta de que la mujer de un músico allí presente ponía una cara de honda tristeza. Quizá ella se lo estaba pensando y descubría ahora que ni eso sirve. O quizá se asombraba de la generosidad de Carlota, aún mayor que la suya, que es muy grande. Fuese lo que fuese, su melancolía era indudable.
Por ella le busqué a la historia un final feliz, dentro de lo que permiten los hechos. Y lo encontré: Carlota murió de un accidente y en ese momento su marido, con la frialdad que da la inspiración —en el ojo del huracán sentimental—, concibió, por fin, una obra insuperable. Él redactó la carta de suicidio de su joven esposa.
Quedaría marcado como un mediocre sin remedio, pero qué importaba —incluso lo fomentaría para darle a la historia un patetismo más redondo. A cambio su mujer se transfiguraba en un símbolo de entrega y sacrificio, en una heroína romántica cuyo gesto sería recordado en libros y en artículos y en innumerables reuniones de artistas y escritores. La belleza fugaz de Carlota sería evocada con una emoción intensa y perdurable.
Aquella carta fue la gran obra de Enrique Stieglitz.
miércoles, 15 de octubre de 2008
martes, 14 de octubre de 2008
Le Clézio
Borges, harto de esperar el Nobel, explotó: “A los suecos se les da mejor inventar la dinamita que fallar premios literarios”. Yo añadiría que dar premios literarios sólo se le da bien al anónimo lector en el silencio emocionado de su sillón. Todo lo demás —academias, artículos, comentarios, discursos— es intrusismo profesional.
Se juntan en Estocolmo unos señores ignotos y deciden qué va a leer medio mundo. Yo me resisto a caer en ese síndrome. En mi calendario de lecturas no tolero interferencias ni de la editorial Planeta ni de Gustavo de Suecia.
¿Cómo me trazo el calendario? Con el sistema de las cerezas. Ya notó Lope que, cuando uno coge una, se lleva, enganchadas, todas las del plato. En los libros que me entusiasman encuentro los que me entusiasmarán: ésos que los autores que admiro citan y recomiendan. Es una aventura interminable en la que uno tiene la sensación de estar en una fiesta donde unos amigos te van presentando a otros.
Quizá Le Clézio sea la pera, pero me parece extraño que nadie me lo haya presentado jamás. Se moverá tal vez por otros ambientes... Alguna vez puede que alguno de los míos me anime a leerlo, no lo descarto; mientras tanto, sin embargo, este Nobel me lo voy a fumar.
lunes, 13 de octubre de 2008
domingo, 12 de octubre de 2008
Raymond Queneau
¡Mira, mira!, ahora mismo va pasando uno.
Pss pss pss
ven para acá para que yo te incluya
en el archivo con mis otros poemas
ven acá para que te entube
en los comprimidos de mis obras completas
ven acá para que te empoete
para que te enrime
para que te enritme
para que te lirifique
para que te enverse
para que te emprose
para que te agarre
ven acá…
¡Vaya!
.............Se me escapó.
sábado, 11 de octubre de 2008
Caná
viernes, 10 de octubre de 2008
Faltas de ortografía
En ese artículo sobre el Opus Dei se me coló una. Acentué un “cuanto”, pronombre comparativo de cantidad, como si fuese un exclamativo. En realidad, la alegría de la efeméride me hizo subir el tono de todas mis palabras y la emoción rompió por esa tilde. Eso es lo bonito de las faltas, que no sean un borrón, sino que sirvan como rasguño a través del cual se pueda atisbar el alma del escritor.
Ha dado mucho que hablar la falta garrafal del insigne poeta Luis García Montero en su artículo de El País de Andalucía del sábado, 20 de septiembre: “Y haber quién crea puestos de trabajo, quién le da de comer a los moros y a los ecuatorianos. […] haber cómo van a vivir”. A mí, sin embargo, me parece una falta muy apropiada en un materialista dialéctico: ellos, que lo ven todo a través de la estructura económica, a ver qué van haber si no son haberes.
Pongámonos algo más líricos con esta canción tradicional: “—¿Dó venís, casada,/ tan placentera?/ —Bengo de ber el campo/ i el alameda”. Supongo que cuando se transcribió no estaban claras las reglas ortográficas y no se puede hablar, por tanto, de faltas, pero esas imprecisiones, leídas con ojos de hoy, reconozcamos que dan un toque picaroncillo y travieso a toda la canción que viene muy a cuento.
Habrá quien piense que me estoy poniendo la venda antes de la herida, pues ya ha empezado el curso y dentro de nada estaré corrigiendo exámenes de mis alumnos, poco amigos de la gramática. Pero se equivoca. La insistencia en la corrección ha hecho que muchos confundan escribir bien con hacerlo sin errores, y aunque lo segundo es necesario, lo primero es lo fundamental.
Si otro sospecha que pretendo celebrar el aniversario del Opus Dei también aquí, cumpliendo y burlando a la vez los dos consejos de Chesterton y hablando, de paso, de mis dos oficios —la escritura y la enseñanza—, ése quizá acierte.
jueves, 9 de octubre de 2008
Los sueños frágiles
miércoles, 8 de octubre de 2008
Su verdadero título
de mis mejores detractores,
hablo de pájaros y flores:
concretamente de vencejos
de golondrinas y de aviones.
martes, 7 de octubre de 2008
Feliz coincidencia
Me mira asombrada. No se imaginaba ella que esas horas mías de despacho obseso, con el ordenador parpadeando ansioso, rodeado de libros gordísimos —si no siempre entendidos, siempre abiertos—, con la cara pensativa y la vista perdida en el infinito…, no dieran de sí más que su trabajo oyendo la Cadena Cien a tope. Le agradezco de corazón el asombro.
Yo creo que es precioso que cobremos lo mismo, argumento. A fin de cuentas, los dos estamos trabajando a la vez en el mismo sitio, y mientras ella pasa la aspiradora con la música, ya digo, a tope tope, yo trato de oír el susurro de las musas. Y además de bonito, me parece muy motivador. Ojalá uno consiguiese una prosa tan limpia, tan fresca, tan ordenada y luminosa como queda nuestra casa por las mañanas después de que pase Ángeles por ella.
lunes, 6 de octubre de 2008
Aldabonazo Newman
Me temo que hemos de admitir que nuestra amabilidad, en vez de ser directamente regida y sostenida por los principios, con demasiada frecuencia se convierte en algo lánguido y vacío de significado, que se ejerce sobre aspectos que no son pretinentes u oportunos y que, por tanto, nos hace incurrir en una falta de caridad por dos razones: primero, porque nos lleva a ser indulgentes con los que deberían ser amonestados y, segundo, porque nos lleva a preferir consolarles a ellos en vez de a los que lo merecen realmente.En comentarios reproduzco inmediatamente mi artículo.
domingo, 5 de octubre de 2008
Constato un hecho
A la salida, los invitados comentaban el lance.
sábado, 4 de octubre de 2008
viernes, 3 de octubre de 2008
Vuelta al cole
No se trata (o no sólo) de la vanidad de gustarles muchísimo. Nos va en ello el llamado proceso de enseñanza-aprendizaje de todo un año. Porque uno es profesor tiene muy en cuenta a sus maestros, y Eugenio d’Ors lo avisó con palabras que me repito cada octubre: “Ninguna crítica tan segura y rápida sobre maestros y educadores que la de sus discípulos desde el primer día. Unos muchachos están sentados en un banco; un desconocido profesor se presenta anta ellos y les habla. A la hora de la lección, aquéllos ya le han tomado, y para siempre, la medida”. Es para echarse a temblar, ¿no?
Yo me propongo: pondré mi mejor cara. Pero la mejor, ¿cuál es? ¿Suelto todos mis chistes? Eso tiene el problema de que me quedo sin ellos para el resto del curso y, además, Unamuno, como un búho severo, amonesta desde la encina de mi conciencia: “El que enseña jugando acaba jugando a enseñar”. ¿Me pongo muy serio entonces? Qué dudas.
Menos mal que para el día de los difuntos, ya todo estará claro.