Los mismos que aplaudimos fervorosamente la heroica decisión de Juan Pablo II de no renunciar a pesar de su avanzada enfermedad, admiramos la valiente de Benedicto XVI de hacerlo.
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Una tormenta de ideas con algún rompimiento de gloria
2 comentarios:
Menudo toque nos ha dado esta mañana a todos.
En este primer domingo de Cuaresma, el del evangelio de las tentaciones, se ha sabido evitar la de enfrentarse a quienes critican a los dos últimos Papas por sus decisiones de poner o de no poner fin a su ministerio. El artículo es muy bueno y, seguramente, se ve inspirado en cierto punto, por alguna experiencia familiar próxima.
Jilguero.
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