viernes, 3 de agosto de 2018

The World, the Flesh and the Father Smith


He disfrutado muchísimo esta novela de Bruce Marshall. Un amigo me la regaló hace 4 0 5 años y hasta ahora no la he terminado, tal es el retraso que llevo en mis lecturas, y en mi vida en general. Aunque tampoco vamos a angustiarnos, porque el libro se publicó en el 45 y no le he sumado tampoco tanto retraso.

Se merece un barbero real, pero hoy sólo comentaré un detalle extrapolable. A veces el libro insiste en darnos sana doctrina. En un momento dado, me estaba saltando dos o tres páginas catequéticas, suponiendo que qué tenía yo que aprender a estas alturas, pero, en el último instante, vi de reojo que la homilía la daba el Padre Scott, que es uno de mis personajes más queridos.

Volví de inmediato y me leí entero su sermón sin saltarme una coma. Al final, contra todos mis pronósticos, saqué una enseñanza, y esencial. Ganarse previamente el cariño de nuestro interlocutor es imprescindible incluso para darle la más dulce y alegre de las noticias.


1 comentario:

Ignacio Lete dijo...

Hola Enrique y muy felices vacaciones.

El libro parece que lo has leido en inglés. Es difícil?

Un fuerte abrazo.

Ignacio


P.D. Este post tiene un humor familiar homologable al de los tuyos:
http://elcafedeocata.blogspot.com/2018/08/de-compras-con-mi-nieto.html