No como una distancia ni un peligro
ni una casualidad ni incluso un cambio,
simplemente encontraste tú este sitio
exótico en exceso para que fuese extraño.
Más llena de memoria que de anhelo
viajaste sin vagar:
lo tuyo no fue marcha, fue regreso
a un olvidado originario hogar.
La ciudad mística, de muchas puertas
y columnas sin fin, era tu casa:
las antiguas historias, tras su espera
de más de dos mil años, te aclamaban.
Ardían flores raras y riquísimas
que eran la sangre celestial de Aquél.
Flores silvestres pero conocidas
por ti como las flores de cualquier bosque inglés.
*
But not as distance, not as danger,
Not chance, and hardly even change,
You found, not wholly as a stranger,
The place too wondrous to be strange.
Great with memory more than yearning,
You travelled but you did not roam,
And went not wandering but returning
As to some first forgotten home.
The mystic city, many-gated,
Monstruously pillared, was you own;
Herodian stories gave words and waited
Two thousand years to be your throne.
Strange blossoms burned as rich before you
As that divine and beautiful blood;
The wild flowers were no wilder for you
Than bluebells in an English wood.]
9 comentarios:
Enrique, ¿a qué hora das la charla? Yo mañana también "conferencio" (19:30). Hablaré sobre la verdad de los reversos (en los cuadros), y tu de la verdad de los conversos (en los libros). Qué cosas!
Sólo por echar una mano de jardinero a un amigo, de entre todas las flores que suelen encontrarse en los libros de catecismo y en los salmos (o prospectos) abandonados en los bancos de las iglesias, la flor que más abunda es la de "Él" para referirse a la figura que derramó la sangre por los impíos.
Alberto Acosta
Buenísimo. Gracias. Sigue dándole con Chesterton.
Ya nos pasarás una copia de la conferencia. Ñam.
¡Qué pena no poder asistir a la conferencia!
A mí me gusta tu traducción libre, pero fiel.
Menos mal, AnaCó, que alguien le echa cuenta a la traducción... Todos hablándome de la conferencia, para tormento de mi conciencia.
Para que no digas que sólo aparezco para corregir erratas (y eso que en inglés no lo había hecho aún): tu traducción me parece admirable.
Doblemente generoso, Liniers: no sólo llamas erratas a los errores que me corregiste, sino que encima me animas con el poema. Dobles gracias.
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