Durante la comida entre el abogado y el poeta se habló de arte, como suelen los buenos abogados, y de hipotecas, como acostumbran los poetas en la intimidad. En los postres, ambos pidieron tocino de cielo (bacon of the sky, según la carta bilingüe) y simultáneamente café.
Rogó el poeta:
— Aunque sea una paradoja, con sacarina, por favor.
—El mío también con sacarina —añadió el abogado—, aunque sea una coartada...
El camarero, con más horas de vuelo que un vencejo, tomó nota sin inmutarse. Sin embargo, en el brillo de los ojos se le adivinó un pensamiento:
—Hay gente pa tó.
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22 comentarios:
Me ha parecido un comentario redondo, jaja
Lo de la traducción del tocino de cielo es lo más. En español tiene su musiquilla y todo, pero en inglés es espantoso. Tú que eres experto traductor, qué opinas: no sería más bien heaven
Yo, que no soy experta traductora en absoluto, pienso que queda mejor heaven, porque eso de imaginar tocinos o, peor aún, beacons suspendidos en el aire queda un poco daliniano... Al fin y al cabo, con la resurrección de la carne y esas cosas, es de esperar que en un futuro haya beacon en las alturas, eso sí en estado glorioso.
bueno y si por lo menos dijese bacon, pero dice beacon of sky que viene a ser almenara o baliza o incluso faro; faro del cielo, cómo se nota que te metes en bares decentes Enrique!!! saludos
El fallo será mío, rebelde, no de la carta, que diría bacon. Lo corrijo arriba.
Y es cierto, batiscafo: el tocino de cielo es postre católico, que prefigura la resurrección.
Tiene todo el arte. Faro de cielo me gustaba, ya sabes lo que dijo un día Baltanás sobre las erratas, que mejoran el original...
Lo del tocino de cielo como postre católico me ha sabido a gloria.
Una entrada sin desperdicio, como la comida. Y como las estupefactas miradas de las mujeres del abogado y del poeta, que no daban crédito ante tamaña hipocresía.
Pues a mí lo de postre católico me deja mal: no soporto el tocino de cielo. Podría, incluso, imaginarme el infierno lleno de ellos. Menos mal que es literatura y no teología.
Bueno, Carlos, no olvides que en la casa del Padre hay muchas moradas, y seguro que en alguna en no sirvan tocino de cielo de postre. Para la copa de después podemos quedar en cualquier moradita intermedia.
Jaja, un abogado penalista no hubiera dicho "coartada", sino "eximente incompleta"...
No sé bien en qué consta el postre, pero por cierto que algo como Heaven bacon tampoco sería muy pintoresco. Suena a nombre de actriz norteamericana; algo como... "Heaven Bacon, la hermana menor del actor Kevin Bacon, anunció que..."
Desde luego, lo de heaven no termina de arreglarlo, pero al menos no me imagino un kilo de tocino volando como el vencejo. A mí tampoco me emociona demasiado el tocino de cielo, así que creo que me quedaré con Carlos hablando de palmeras mientras llega la hora de las copas en la moradita intermedia.
Pues a mí me pasa como a CarlosRM, que me mosquea esa costumbre de asociar lo empalagoso con el cielo y lo picante y fuertecillo con el infierno . Que me inquieta que me chifle el pollo -o lo que se tercie- "a la diabla" y que me repugnen las glorias y los huesos de santo. Y el pobre Apostol Santiago, con lo que le admiro y ese asco de tarta... No sé, me preocupa que algo vaya mal.
Tercio en esta discusión: que se sepa que soy muy partidario del tocino de cielo y nada del cabello de ángel.
No te inquietes por tan poca cosa, CB. Yo que soy glotón, tampoco me imagino el Cielo sin lo picante, lo salado y lo agridulce. Me relamo pensando en las múltiples moradas...
Vaya, escribí mi comentario antes del de cb: de acuerdo con ella en criticar con dureza la tarta de Santiago: ¡una vergüenza que tenga ese nombre!
Si abriera hoy un blogg lo titularía Pozo sin fondo porque son inagotables las conversaciones. ¡Hemos acabado haciendo teología-repostería! Es cierta y muy curiosa esta propensión de lo sagrado a los postres. Quizá no es sólo por lo dulzón, CB, sino también porque el postre está al final. Y eso, dejando aparte, por supuesto, la cuestión histórica de las inclinaciones reposteras de los monasterios. En todo caso, habría que practicar también una teología-bocadillo o de comida de campaña, ¿no?
El mejor capítulo de teología-bocadillo -algo desconcertante, eso sí- es el del bocata of jamon de arp, el "Spanish blogger at Compostela, evocatively translated by Babelfish and rife with accidental fringes of metaphor", e enlazado en su entrada del 18 de abril, la del tercer cumple de su Blog (Véase: "Tres años", etiquetas: Vida).
Pero bueno, decir que la tarta de Santiago es un asco de postre es pasarse. Que hoy en día haya huevos y almendras para todos y sus ingredientes se hayan devaluado y no se le reconozca su valor, en el fondo no es más que una señal de desconocimiento. El bizcocho de almendras era y es un manjar, otra cosa es que no guste. Y si se llama tarta de Santiago es por que a un avispado repostero de Compostela, para diferenciarse de los demás y diferenciar su bizcocho de almendras del resto de bizcochos le dio por espolvorearlo con azúcar glass y marcarlo con la cruz de Santiago. Ejemplo de lo que hoy se conoce como branding y marketing...
Acabáramos. Así que la tarta de Santiago es un bizcocho disfrasao...
Bien. Pues tómese por ahí lo del asco de tarta. Mis disculpas para los huevos y las almendras, y para el branding ese que no sé de qué va pero por si acaso.
para todos los comentaristas de esta página debo aclarar(y aclaro)que sería "Fat of the heaven",puesto que el "bacon" sería panceta.¿habéis visto qué nivel culinario-lingüístico?
(What a level,Mary Elizabeth!!!lo que traducido sería:qué nivel Maribel)
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