Jazmín, dama de noche, insecticidas, olores del verano.
Y te agradezco AR (o ACdR) que sigas y hagas un tanka, en pura tradición kyōdō seisaku. La imagen (esos aplausos o palmetazos) resulta de lo más idónea, y halagadora (para mí, no para los mosquitos).
Tenía la mosca detrás de la oreja (o el mosquito, seamos exactos) acerca de la originalidad de este haiku y he buscado en Frutos Soriano, que efectivamente:
Una moscarda me anuncia que ha llegado la primavera.
O:
No me he atrevido a matarlo: el mosquito lleva mi sangre.
Pero yo recordaba vagamente algo todavía más explícito, y he ido corriendo a mi Susana Bennet. No, no, aunque siempre sí:
Terco mosquito. El zumbido de un haiku toda la noche.
Y así quedaba yo, oyendo un zumbido terco, hasta que he recordado que la fuente que buscaba era de María José Rico:
En la cocina un zumbido de abeja. Llega el verano.
Como suele ocurrir cuando uno busca algo, lo tenía ante mis narices.
Dejo a mi mosquito, sin embargo, porque ese sentimiento ambivalente (a pesar de Ángel, que dice que prefiere la lluvia) de la picadura y de la ilusión, no será del todo original, pero es mío.
9 comentarios:
Ay
Aplaudo con los brazos.
Me están acribillando.
(Perdona por responder en verso, Enrique, pero la tentación de continuar tu estupendo haiku con este tanka era irresistible.)
Me ha encantado la descripción del acto inaugural de todos los veranos.
Un saludo.
Por eso estoy tan contento de vivir en Galicia: está lloviendo, hace frío, no hay mosquitos todavía, no nos asamos de calor.
Ofú
La caminata
veloz cucarachera
¡Vuelve el verano!
Volvamos
a comprar
insecticidas.
Si, JSM:
Jazmín, dama de noche,
insecticidas,
olores del verano.
Y te agradezco AR (o ACdR) que sigas y hagas un tanka, en pura tradición kyōdō seisaku. La imagen (esos aplausos
o palmetazos) resulta de lo más idónea, y halagadora (para mí, no para los mosquitos).
Tenía la mosca detrás de la oreja (o el mosquito, seamos exactos) acerca de la originalidad de este haiku y he buscado en Frutos Soriano, que efectivamente:
Una moscarda
me anuncia que ha llegado
la primavera.
O:
No me he atrevido
a matarlo: el mosquito
lleva mi sangre.
Pero yo recordaba vagamente algo todavía más explícito, y he ido corriendo a mi Susana Bennet. No, no, aunque siempre sí:
Terco mosquito.
El zumbido de un haiku
toda la noche.
Y así quedaba yo, oyendo un zumbido terco, hasta que he recordado que la fuente que buscaba era de María José Rico:
En la cocina
un zumbido de abeja.
Llega el verano.
Como suele ocurrir cuando uno busca algo, lo tenía ante mis narices.
Dejo a mi mosquito, sin embargo, porque ese sentimiento ambivalente (a pesar de Ángel, que dice que prefiere la lluvia) de la picadura y de la ilusión, no será del todo original, pero es mío.
Gracias a todos.
¡Viva el retorno del verano!... y de tus haikai.
malditos...
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