La literatura ya era para mí una fuente de felicidad antes de saber qué era la literatura. Para los indígenas de un pueblo de vacaciones, el final de agosto suele adquirir tintes dramáticos. En mi caso, adquiría tintas dramáticas, lo que era un cumplido consuelo. Si se volvían a Madrid o a Bilbao las veraneantas, empezaba la temporada epistolar, que a mí me gustaba casi tanto como la de playas. Oh los sellos, los sobres, la cuidada caligrafía, las dulces quejas, las sorpresas en el buzón, los anagramáticos remites, las animantes noticias de sus lentos aburrimientos ciudadanos, la nostalgia compartida, las tardes acortándose, el olor a lluvia, todo, todo como un poema de Fernando Fortún o una novela de Sánchez Mazas, a los que leería muchos años después, pero a los que vivía entonces...
En ésas, en los últimos días de agosto de uno de mis primeros veranos de adolescente, le pedí la dirección a una chica de nombre y apellido polacos, que iba, para colmo, a un internado inglés, en Hastings, creo recordar. Yo estaba teniendo muchas dificultades para escribir correctamente su apellido, y se lo dije, mientras le pedía que me lo deletrease. "Qué difícil, eh". "Pues en Polonia es muy conocido", repuso ella con una sonrisa sorprendida. "¿Sí, como aquí García...?" "No", contestó, "como aquí Borbón". "Ah", me sonrojé, vivamente impresionado; no en vano era un futuro lector de Sánchez Mazas y de Fernando Fortún.
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19 comentarios:
Buena entrada, Enrique.
Por cierto, anoche vi tu blog... en la tele. Hablaban de tu nuevo libro y de la paradoja de que un contenido digital se convierta en libro impreso en una época en la que parece que la tendencia debe ser la contraria, que los libros se digitalicen. Curioso cuanto menos. Un saludo.
Leñe. Y tan curioso. ¿En qué tele?
Me ha gustado mucho.
Enrique sacas punta siempre, aunque el lapiz no tenga mina.
Jo, Javier, ese es un elogio precioso, un comentario muy fino. Gracias mil.
Bueno, pues gracias a em10, me veo obligada a dejar un comentario por primera vez en los dos años que llevo entrando en este blogg. Fuí yo la que habló de "Lo que ha llovido" en la tele. Concretamente, en el telediario nocturno de Popular TV, donde hablo de libros cada dos semanas. Lo que dije lo puedes ver aquí, espero que no te parezca mal:
http://www.populartv.net/
Son las "noticias 3", al comienzo del minuto 20. Espero que del visionado se deduzca claramente hasta qué punto me gusta este blogg (que conocí gracias a la recomendación de Javier Navascués, profesor mío en un curso de doctorado) y el libro que de él se ha "desprendido".
Un saludo, Ana R. Agüero
Me parece muy interesante y muy inteligente ese comentario sobre el blog impreso.
Es realmente paradójico que cuando todo el mundo anda fascinado con el e-book y la digitalización, un blog se imprima en papel.
Gracias a ti, por tus palabras Enrique.
Y pienso Charles Ryder, que la edición en papel, será un hecho, y divulgará aún más esta labor. Se harán más "universales". Sobre todo en un Cuaderno preciosista y eterno, como este.
Un abrazo.
Ana, estoy agradecidísimo a tus comentarios, mucho más que curiosos. Hay que empezar como haces tú (y "Charles Ryder") preguntándose por qué ahora en papel, y hay que esperar que la cuestión acabe como apunta JSM y haces tú, hablando de literatura, que lo justifica (casi) todo. Menos mal que em10 estaba al quite, que si no me quedo sin esta satisfacción tan grande. Gracias por leerme; tan calladita durante dos años y, de pronto, con este regalo.
PS.- Otro favor más que le debo a Navascués, que fue quien me descubrió a Mario Quintana.
En medio de este aluvión de cariño, y para que no me suba del todo a la parra, noten cómo uno que me quiere mucho dice que tengo la maestría de un charlatán de feria. Ah, vaya.
Enrique, esto es un orgullo total. ¿Serás su amigo, no?
Eso es un retrato psicológico y lo demás son tonterías....Seguro que a partir de ahora Jasna Gora se convierte en fiel seguidora tuya.
¿Eran familiares de Jan Potocki Autor del Manuscrito Encontrado en Zaragoza, como sabes? Eso ya lo haría definitivamente literario, más, si además, resultara una hombre-lobo, perdon hembra-lobo, que no es lo mismo, Ministra, ahora que no nos estarás leyendo (¿o si? KGB) que hembraloba.
Me ha gustado.
Esta entrada de hoy, Enrique, es una demostración de la importancia de los comentarios en un blog. Pincho para comentar que me gustó la anécdota de los apellidos y salto a popular tv y después a albadigital: todo me lo habría perdido si no me da por pinchar sobre el enlace a tus comentarios. En un blog la, digamos, trastienda, cobra un relieve especial.
Un abrazo.
Si ésta ya se convirtió en la entrada sobre "Lo que ha llovido", pues ni modo, me lanzo al ruedo de una vez:
Me encanta el libro. Me encanta el blog, pero el libro es aún mejor y en realidad logra lo que sugieres en el prólogo: una relación distinta con el lector. "Lo que ha llovido" es divertido, íntimo, alentador, cercano, invita a la reflexión (y a reírse en alto, sino pregúntales a mis vecinos en el avión) y es perfecto para muchas circunstancias de la vida moderna: esperar en la cola del banco, afuera del doctor, en el tren, antes de irte a dormir. Exige poco y te da mucho.
Por otro lado, aunque en el prólogo dices que la depuración y la corrección no son razones suficientes para publicarlo, yo creo que sí lo son. Si anunciaras que has hecho una depuración y correción en línea, la mayoría no leeríamos o releeríamos más de unas cuantas entradas.
Caso de la vida real: cuando las circunstancias me mantienen lejos de tu blog y "publicas" entradas todos los días, cuando vuelvo a entrar, no leo todas las entradas que me perdí. El medio no se presta. Fidel Villegas tuvo un ojo de editor maestro. Yo creo que no tienes ni que saber qué es un blog para disfrutar el libro. Ya Borges y Bioy pusieron de moda los relatos breves. ¿Por qué no vas a poner tú de moda los ensayos breves? (Además para los que leemos a Jünger y los diarios de Bloy, tampoco nos resulta tan novedoso el asunto).
En conclusión: "Lo que ha llovido" es como Los Ensayos de Montaigne para nuestra época: una época de gratificación inmediata y déficit de atención. Lograr mantener vivos algunos antiguos valores e inspirar la reflexión y, a la vez, ser amable con las principales debilidades de nuestro tiempo, es el mayor acierto y la mayor fuerza de este libro.
Su única debilidad: le hace falta un índice temático y/o onomástico al final.
Saludos
Alfredo
Supongo que sí, que serán familia. Como ahora son mis vecinos en agosto, se lo preguntaré por encima de la valla, cuando se asomen para ver qué tal me va con la escopetilla de plomillos.
También me retrato yo, LFU. Hasta ayer que lo escribía no caí en que ese "...¿como García?" no dejaba de ser un intento de establecer puentes de solidaridad.
Y muchísimas gracias, Alfredo. Con un puñado de lecturas como las tuyas ya me daba yo con un canto en los dientes.
Lo que ha llovido está ya en la librería Hiperión de Madrid. ¡A por él!
Muchas gracias a Dal por estos minutos de publicidad, y Ángel que los enlaza desde su blog. Pensando en los de fuera de Madrid, rompeolas de las Españas, también puede encontrarse aquí.
Lo del "charlatán de feria" se refiere únicamente al que saca jugo a las observaciones diarias. No es la expresión más acertada, pero el resto del artículo la desmiente. De hecho, se va leyendo y en ese punto es como si hubiera uno de esos escalones imprevistos en los que todos tropezamos. Queda chocante.
Está claro, clarísimo, que no lo eres ni por equivocación. Así que, no te sirvas de la mentira para ser humilde, porque en la verdad está la humildad.
Curioso lo del apellido conocido. Me ha hecho sentir como si desconociera cuál es mi país de origen. Y ya no te hablo de mi desconocimiento de Polonia. Qué mala es la ignorancia.
Si al hacer yo cualquier cosa, a alguien le evocara la figura del Caballero de la Triste, me sentiría muy honrado. Por eso no creo que te moleste que tú me lo hayas recordado, ciertamente con retraso, al ver la reacción de visible entusiasmo (bendita ilusión) que tuviste al aparecer en una entrada tuya el comentario que te informaba de que la novedad de librificar un blog había salido por televisión. Recuerda, Enrique, la ansiedad que experimenta nuestro buen Caballero cuando Sancho se dispone a traer al bachiller Sansón Carrasco para que le dé noticias de la publicación de sus aventuras: “…me tiene en suspenso lo que me has dicho, y no comeré bocado que bien me sepa hasta ser informado de todo”.
Cuando publiqué mi librito jurídico también yo sentí algo parecido.
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