jueves, 22 de marzo de 2018

Cernícalos enamorados


Se me pasó volando la primera golondrina. La vi estos días de tormenta y la imaginé sorprendida, como esos veraneantes que no se esperan que aquí no siempre brille el sol. Y ahora el cielo azul esmaltado por el agua está lleno de ellas, de aviones y de vencejos. Si la primera golondrina no se recoge, se nos va volando.

Para que no me pase lo mismo, los dos cernícalos que se hacían la corte, fiebre primaveral, con vuelos circulares, veloces, vertiginosos picados, airosos ascensos... Recordé a Dante y el canto V del Infierno, y comprendí que el sabor a gloria lo da la verticalidad. Allí giran como estorninos en redondo, no van arriba y abajo y arriba, que es la gracia. Eran una imagen del amor, de la alegría.

Parecían primeras golondrinas.


1 comentario:

Anónimo dijo...

"Como dichas primeras, / primeras golondrinas", como bien vio Cern.uda.