viernes, 25 de mayo de 2018

Crisis de crecimiento


Carmen ha decidido ser poeta. Apenas pinta. Y escribe poemas sin parar. En cualquier momento te la puedes encontrar con la mirada perdida y una leve sonrisa hondísima, pensando versos.

No es esta feracidad la que me preocupa. Puede que estemos ante una crisis de crecimiento poético y ya está. Lo que me hace temerme lo peor (que nos salga poeta) son otros pequeños indicios.

Incluso en los poemas peores, hay siempre un cuidado por el significante de las palabras, por el sonido, por el juego.

Mientras recita los poemas, te escruta atentamente para percibir el menor indicio de crítica en tus ojos. Si lo hace, estás perdido. Hoy me ha leído este, con un aire a las nanas de Alberti: 
¿LO HAS VISTO? 
--¿Lo has visto?  
El amor 
que está en un jarrón. 
--No lo he visto. 
--¡Sí está en tu corazón...!
He cometido el craso error de decirle: "Éste está bien". Se ha puesto furiosa: "Entonces el del oso amor-oso no te gustó, ¿no?". 

Otro indicio dramático es que la creación está interfiriendo con la lectura. Apenas tiene tiempo. Ay.

Y asalta a los extraños. Ayer vino recitando poemas al conductor del autobús escolar.

Por último, recicla los poemas. El mismo poema de amistad que le dedica a una amiga, cambiando el nombre lo usa para otra. Es el descubrimiento del valor universal de la poesía.

Hemos de ir preparándonos.



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