martes, 6 de noviembre de 2018

Ramas que al tronco salen


Mis hijos se parecen a su madre, y eso que salen ganando, pero a veces les veo un ramalazo mío, y me río.

Carmen lee poco, ay. Pero el otro día estábamos ayudando un poco a mi suegra en su mudanza, entre nubes de polvo y muebles de plomo (o así pesaban). Le pedimos ayuda a Carmen. «No puedo», dijo, «estoy leyendo un libro muy interesante que he encontrado en una caja...» Muchas veces he sospechado que mi afición a la lectura nació y creció al amparo de esos «no puedo» impagables.

Al día siguiente vamos a devolver los libros a la Biblioteca Pública, cada cual con los suyos. La amiguita de Carmen, que sienta detrás, con Quique, le dice, con voz admirativa: «¡Todos esos libros te has leído!» Quique responde impávido: «Psch, no. Uno hace sus planes pero luego la vida se complica». Es mi vivo retrato.


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