miércoles, 5 de diciembre de 2018

Comentario de texto


Ayer tocó Sanlúcar de Barrameda. Bien, muy bien, naturalmente.

Como tenía clases que impartir, me perdí la visita a la bodega: 



Pero la oí contar con entusiasmo en el almuerzo, y eso también era muy bonito. Bebimos sus vinos lo justo para interiorizar la bodega, digamos. Vi las fotos. Y, siendo una bodega fundada, en 1792, tampoco hay prisa. Si ella ha esperado tantos años, yo puedo esperar unos meses. Encima, en el restaurante, como para entrenarme, tuve que esperar un rato a que llegasen los amigos de la bodega, y pedí la manzanilla de la casa y estuve en el paraíso, claro, y el tiempo se me pasó volando:




Ya en la mesa, me contaron un fandago que me encantó:


Sólo cuando estás bebío 
te acuerdas de mi querer. 
Permita Dios que te bebas 
Sanlúca, El Puerto y Jeré 

con toítas sus bodegas...


Oh, qué estremecimiento. Primero, ahí está toda una novela. Alguien se acuerda de su amada, mejor, de su amante, sólo cuando bebe. Es fácil suponer la historia. Pero eso es (como suele) lo de menos. Lo sugiere el poema, con una sabiduría instintiva muy honda, aprovechando que el primer verso es el único que no rima. Lo importante es el giro de generosidad de la amante en el tercer verso, verso que se abre, como toda generosidad, con Dios. No recrimina nada: al revés. Lo anima. Tanto lo anima (y hay que ver el tamaño de las bodegas de la tierra, catedrales del vino, las llaman, y la de viñas que hay entre Jerez, El Puerto y Sanlúcar) que nos da la medida de un amor desmesurado.

Ya con eso, qué bueno, pero el verso final es el remate. Parece que reincide en la exageración, nada más. y lo hace, aunque, ¡ojo, u oído!, lo hace con una rima más suave, con un ritmo lento, con una contabilidad puntillosa... Y ahí late una última delicadeza. El amor se quiere o se quisiera total, ay, qué dolor hay en esas "toítas". Hasta la última gota, se suplica. Porque el fandango, tan exagerado, por dentro aspira a la lentitud y a la totalidad... El amor es inmenso, pero imposible, aunque eso no, no se dice... ¿Para qué?











No hay comentarios: