viernes, 25 de enero de 2019

SOS



Quod erat demostrandum, uno de mis temas es la paternidad. Por eso, la antología Tu sangre en mis venas, y tantas entradas y artículos y, sobre todo, horas de plenitud. Uno de mis propósitos es no dejar el tema, seguir leyendo y pensando y escribiendo. El heteropatriarcado necesita una defensa por tierra, mar y aire. Por eso, os pido ayuda. Me he fijado que en muchas series y películas hay una constante defensa de la bastardía. Cogen una historia de la Historia y nos cuentan que, en realidad, el rey Alfredo (por ejemplo, véase Vikingos) no era hijo legítimo. Juego de tronos es la apoteosis de la bastardía. Y pasa mucho. Yo, muy resabiado, veo ahí un ataque, consciente o inconsciente o ambas cosas a la vez, retroalimentándose, a la paternidad clásica.

¿Me podríais ayudar, por favor, a hacer un listado de bastardos contemporáneos en recreaciones históricas o pseudohistóricas en la ficción (películas, series, novelas) de ahora? Ya no digo padres pésimos, que eso sería inagotable, sino padres-no-padres.

Mil gracias.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Contra el mundo moderno, el rey Lear.

Anónimo dijo...

Supongo, obviamente, que "El abuelo" de Galdós, novela, y la película de Garci basada en ella, no servirán para el caso, porque como sabrá en ellas se hace no una defensa de la bastardía, sino una del principio que Ortiz Armengol señala en su biografía a modo de resumen, el de que "la única ley verdadera es la del amor" (pág. 356). (Por cierto, 'El rey Lear', que recuerda el comunicante anterior, es obra cuya influencia sobre la novela galdosiana se señaló ya desde su publicación).

Anónimo dijo...

Hay además, continuando mi nota anterior, un detalle que me parece decisivo. La definición que de "bastardo" da el diccionario de la Academia presenta varias posibilidades: "nacido de una unión no matrimonial", "de padres que no podían contraer matrimonio al tiempo de la concepción ni al del nacimiento" o "hijo ilegítimo de padre conocido". Todas, como se ve (y es natural), se refieren al HIJO, nunca al padre.
Y pretender hacer un juicio, del tipo que sea, sobre u8na persona por un hecho (las condiciones y circunstancias de su nacimiento) sobre el que no tiene, ni puede tener, responsabilidad alguna, es, a mi parecer, un disparate. Si hay que buscar culpas o pedir responsabilidades será en los padres, jamás en los hijos.
Lo contrario nos retrotraería a tiempos que ya sé que algunos echan de menos; los tiempos en que, por poner un ejemplo, Rosalía de Castro tuvo muchos problemas en su vida porque era, no sólo hija "ilegítima" (como si alguien pudiera ser "ilegítimo", y más por algo en lo que, insisto, no tiene responsabilidad alguna), sino "hija sacrílega" (idem; su padre, José Martínez Viojo, que naturalmente jamás la reconoció, era sacerdote católico).