Me siento tan retratado por dos
fragmentos de poemas de Juan Ramón Jiménez, que me los repito como un estribillo:
Yo le tiré al idealcreyendo que no le daba
[...]
que se complementa con este
otro:
Porque yo no fui nada hasta que con mi otoñocompleté mi sentido. [...]
O sea que a estas alturas
todavía tengo una barbaridad que retocarle, ay, su hermosísimo dístico de
plenitud si me lo quiero aplicar a mí mismo:
Me queda mucho más, muchoque tocar hasta la rosa...Sólo he llegado a capullo.
Con perdón.
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