jueves, 24 de septiembre de 2020

Recogidas del suelo

 

Me cuenta Carmen (10) que hace cinco años vio claro algo que no se le quita de la cabeza. Fue que las heridas están desparramadas por el suelo y en las esquinas de las cosas y que, cuando uno se cae o tropieza, es como si se le pegaran a la piel. Luego, en realidad, no es que se curen, sino que terminan despegándose y volviendo al suelo.

Tampoco se me va a quitar a mí de la cabeza a partir de ahora.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

La descripción es muy hermosa, pero tan Lovecraftiana que me ha dejado mal cuerpo. La pandemia está cambiando los relatos infantiles y me da miedo.

eumes dijo...

Es absolutamente genial!