jueves, 17 de septiembre de 2020

Volverse

 

Entre la mascarilla, el gel, los libros, los papeles, cuando llevaba diez minutos en el coche yendo al IES, me di cuenta de que me había dejado el móvil en casa. Como la mañana va a ser muy larga y los niños y Leonor, lo iba a necesitar. En la primera rotonda, me di la vuelta, resignado y acelerando.

Cuando llegué a casa, vi que había dejado sin darme cuenta una puerta abierta y una ventana abierta, una luz encendida y una perra dentro de la casa. Me alegró mucho.

Se confirmaba mi idea de que volverse, a pesar del prestigio acelerado del progreso, es de las cosas más sensatas que uno puede hacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Caballero, usted no ha vuelto como Gardel. Usted se fue y pegó la vuelta, como Pimpinela, y olvidó su puerta, su ventana, su luz y su perra. Espero que solo se quede en un olvido puntual y que para eso no tenga la experiencia aludida en la canción. Volver siempre es hermoso, pero depende de la forma en la que uno se marche.