Aunque lo niegue Marina
y los frailes del Regina
y el prior y el provincial,
la Virgen fue concebida
sin pecado original.
viernes, 8 de diciembre de 2006
Graffiti barrocos
Oh nuestro Siglo de Oro. En Sevilla, el teólogo Marina y los dominicos del convento Regina tenían sus reparos lógicos para lo de la Inmaculada Concepción. El pueblo contestó con esta pintada por los muros de la ciudad:
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6 comentarios:
Amén, como concluye Ibáñez Langlois ese poema memorable (ya casi memorizado) que leiste en la presentación de Oficio. Amén: por la nostalgia del Siglo de Oro y por el graffiti.
¡Qué bueno, Enrique! Y dice bien CRM. Como sería casi imposible verlo por las calles del siglo XXI, trataré de estampar el graffiti en mi memoria y, por si acaso, también en mi cuaderno.
Olé el pueblo sevillano!
De ahí a lo de "mili KK" o "abajo el trabajo" hemos degenerado, no cabe duda.
Madrid, siglo de oro. Los viandantes tenían la bárbara costumbre de orinar en los portales, por lo que la beatería de la contrarreforma, aprovechando la ocasión, colocó cruces y estampas en los portales, arredrando a los meones con el miedo a la represión eclesiástica, nada de bromas.
Pero Quevedo era mucho Quevedo. Solía orinar en un zaguán lleno de cruces e imágenes de la Virgen, intolerable irreverencia. Ante su persistencia apareció un grafitti del dueño del predio:
-Donde se ponen cruces, no se mea.
A lo que contestó el poeta, según las crónicas, a continuación de lo anterior:
-Donde se mea, no se ponen cruces.
Marina, no: Molina.
"Aunque lo niegue Molina
y los frailes de Regina,
y su Padre Provincial,
que los ojos tenga fuera
y colgado de un peral,
fué María concebida
sin pecado original"
Asi...más o menos.
Y se cantaba y bailaba a las puertas del Convento de Regina, y por Sevilla entera.
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