domingo, 3 de diciembre de 2006

Premio Cervantes

El premio en almoneda
Caballero venal perdió en el duelo.
Lo ganó Gamoneda.
Tanto uno como otro —me consuelo—
son lo mismo. Aunque un mérito les queda
que justifica el premio —y el libelo—:
la gracia que a ninguno le dio el cielo.

12 comentarios:

Bukowski dijo...

Estupendo y certero. A veces pienso que este blog debería llamarse "dardos y truenos".

Un saludo, Enrique.

QRM dijo...

!Maravilloso¡

E. G-Máiquez dijo...

N. de A. Nos lo avisaba El Principito: para ser ingeniosos hay que mentir un poco. Y lo cierto es que al menos Gamoneda tiene un libro, Blues castellano, que merece la pena (sobre todo eso: la pena). Aunque para perpetrar este epigrama he mentido poquísimo, que en ese libro no hay gracia, sino mucha desgracia, ay.

Enrique Baltanás dijo...

"Blues castellano" no es que sea bueno, es que es el único libro de Ya-moneda que medio se entiende, escrito en "lenguaje normalizado, comunicable con la realidad, reconocible en términos generales", para decirlo en palabras del propio autor.
Un lenguaje normalizado que le parece, por cierto, reaccionario. Él sabrá por qué.

Anónimo dijo...

Columnismo de línea clara.

Rictus Morte dijo...

Pues será una buena penitencia entonces leer a Gamoneda.

Jesús Sanz Rioja dijo...

Pues me das una pista, porque no he leído nada del Gamoneda en cuestión. Ser amigo de ZP dice muy poco de un hombre en cuanto hombre, pero el más degenerado puede hacer buena poesía. Así que me quedaba la duda.

E. G-Máiquez dijo...

Atención a Baltanás, tanto en su entrada de hoy como en el comentario de arriba. Blues castellano es un libro que se entiende y que a veces conmueve (como en el poema aquel en que AG se confiesa de las palizas que le pegaba a una perrita), pero que da mucha pena. Quien avisa no es traidor, que nadie venga luego a exigirme daños y perjuicios, eh.

Aquilino Duque dijo...

Tuve cierta relación con Gamoneda cuando dirigía la colección leonesa de Provincia, en cuyo certamen sucumbí ante Gómez (Gaspar Moisés) y Gomis (Juan hoy Joan). Hierro y Alarcos partían el bacalao. Me dijo que el el libro premiado estaba "bacheado" por el tema social. Lo único que he leído de él son aquellas cartas y lo tenía y no veo por qué he de dejar de tenerlo por hombre humilde y discreto. Aquí no se discute quién es mejor poeta, si él o el caballero de Bonald, sino quién manda más, si Agamenón o su porquera.

Anónimo dijo...

El artículo de Juaristi es, sencillamente, espléndido. No conocía las palabras de Gamoneda sobre los poetas "hegemónicos", pero ¡manda...! A mí es que me daría hasta vergüenza ir a recoger el premio en cuestión.
Aunque, despúes de ver cómo están los Príncipe de Asturias (Almodóvar, Paul Auster, etc.), ahora el Cervantes... ¿hay algún Premio en España que se libre del estigma del amiguismo o del servilismo hacia la corrección política? La comparación que hace Juaristi entre Aznar y ZP en lo tocante a sus afinidades literarias (y de proceder) es brillante.
Yo personalmente me ahorraré el pesar de leer a AG. Como dice Arp, continuaré felizmente en la ignorancia.

Jesús Beades dijo...

Pero Paul Auster es un gran escritor, con sus manías y fórmulas y su corrección política, pero un gran novelista, autor de "El libro de las ilusiones", que bien merece un premio. Me alegré mucho.

Anónimo dijo...

Tiene razón Jesús Beades. "El libro de las ilusiones" es un novelón (que salva, desde mi punto de vista, toda su obra), pero, por ejemplo, "La noche del oráculo" es un bodrio (estamos en el terreno de lo opinable): al final no sabe cómo terminar, y remata de cualquier manera. Lo que me parece de Auster, aun no cayéndome mal y reconociendo en justicia su talento, es que se ajusta dócilmente a los cánones de "lo políticamente correcto", y eso a nuestros santones les gusta mucho. El último libro ("Brooklyn Follies") es un manual de "progresía" de salón, no me lo negará. Con todo y con eso, reconozco que los libros de Auster pertenecen al género "no-lo-puedes-dejar", que no es poca cosa... Es un autor de "best-seller" en toda regla, a años luz de los Dan Brown y toda esa patulea. Ahora, de ahí a darle el Príncipe de Asturias, me parece que va un abismo.