Entre ellos, otro de haikus, con un título poco sorprendente y muy prometedor, Haiku (Selected and edited by Peter Washington, en Everyman's Library Pocket Poets, 2003). En él me encuentro una versión bastante aguada de nuestro haiku del deshielo ("The snow having melted, / The village / is full of children.") que no compensa la inversión. Cuatro páginas después, sin embargo, Naojo, por si no bastase con el pájaro entre el bambú de la portada, me deja más satisfecho con la compra que si hubiese acaparado endesas hace tres años.
Cortarla es una pena,
dejarla es una pena,
ay, la violeta.
10 comentarios:
Es magnífico
dejarla, cortarla, una pena.
De lo mejor que he leído en haikus.
Saludos
Gran haiku, sí. Yo ayer corté un ramillete de jazmines y una rosa trepadora y me enfrenté a ese dilema. Ay, la vida.
Me alegran tus inversiones de capital en la capital. Yo me he vuelto empapelada también, pero de multas y papeles del seguro. (Bueno, y de folletos de El Prado y Tintoretto, además de un tesoro incalculable de intangibles: hospitalidad, amabilidad, ciencia y arte de quien nos hizo de guía en la exposición.)
De saber que el guía iba a estar tan inspirado, me habría ahorrado un capital en libros, y me habría acercado a revisitar a Tintoretto.
Lo de los papeles del seguro suena peor incluso que las multas: espero que no haya sido un golpe contra Beades. Ha tenido un percance y ya se sabe que el mundo es un pañuelo.
Una joya, insuperable.Llevo todo el día dándole vueltas a esa "simpleza".
Gracias por compartirla
Hablando de libros, precios de libros y libros de haikus, encontré unos muy buenos (yo digo) de Ed. Hiperión con selecciones de Haikus y otro de la misma editorial que se llama Haijin (así se le dice al autor de Haikus, según supe) y lo peor de todo es que no los compré porque eran muy caros. Me quedé con una curiosidad terrible. Casi como el autor del Haiku de la violeta me pasó con esos libros: Comprarlos era una pena, dejarlos era una pena...
¿De verdad no vas a decir nada sobre el maravillos 36% que ha participado en las urnas?
Ah, Llir, qué bien me conoces: de la abstención hablo mañana en mi artículo para el Grupo Joly.
Y espero, J.I., que la entrada de hoy te solucione un poco el problema con los libros que nos cuentas...
Si Beades tenía un todoterreno aparcado cerca de El Escorial y se dio a la fuga sin dejar ningún rastro ,fuera del bollo monumental que dejó en mi coche, pues igual sí. Espero el artículo de Jolly.
Huir así, con esa falta de hidalguía, en El Escorial es un síntoma de cómo estamos. Beades no lo habría hecho, él se habría quedado: de hecho, todavía estaría allí hablando contigo de C.S. Lewis.
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