El barbero, por su parte, no deja de leer: descansar de eso da pereza. Descansa de sus recortes. Hoy, de Escrito a cada instante, por fantasía y por el fresquito, se ha quedado con unos cuantos árboles nada más, y eso que Leopoldo Panero logró en aquel libro uno de los mejores endecasílabos del siglo XX: "juntos los dos en mi memoria sola". Pero las vacaciones son caprichosas y calurosas, y el barbero iba buscando la sombra:
Mi dolor se arrodilla, como el tronco de un sauce*
La oración escuchar del agua pura,*
el susurro fragante del estío
y el ala de los chopos en la sombra
entre los chopos que latían junto al roce del agua*
sol triste de Castilla, sol de invierno,*
siempre infantil y rosa entre los chopos
inmóviles y trémulos...!
Las bravas sierras; los sedientos cauces;*
el alear de España a la redonda;
granito gris entre encinares pardos,
bajo la luna absorta.
de olivo prieto el corazón juntando*
su reciedumbre añosa.
y llegamos de repente
[...]
asustando a los álamos
*
Conmigo, y por mi voz, y por mi pecho,
te canto a ti, y en mi sustancia canta
la tierra, el agua, el sol, como en la planta
la savia sube hasta formar un techo
de verdor y de sombra. Al pie me echo [...]
7 comentarios:
Aviso a navegantes.-De interés, más que nada, para los que participamos en la tertulia sobre la traducción de "Noches" de Mascha Kaléko, que se ha quedado muy atrás. La traductora ha contestado.
Escalofríos leyendo esos versos.
Precisamente de ti, Arp, me he acordado mucho leyendo Escrito a cada instante. Te vendría muy bien para ese futuro trabajo tuyo: "El paisaje de Castilla en la poesía española después de Antonio Machado".
¡Grandísimo Panero! En este pueblo serrano del que nunca hablo tenemos los miradores de Panero y Rosales, bien altos sobre el Guadarrama. Y todo el que viene a verme aquí no se libra de que lo lleve hasta esos dos despeñadizos lugares, aunque sea a rastras.
Qué bien se está aquí a la sombra, por aquí hay un viento de poniente que no deja leer ni a sol ni a sombra. Gracias por los recortes y que los peces no te aterricen en la camisa. ¡Saludos!
No tienes arreglo, tocayo: con tal de hacer un juego de palabras eres capaz de pringarte con salsa de tomate. Lo malo es que te entiendo: a mí me pasa lo mismo.
¡Qué buena esa del sauce arrodillándose!
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