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Ayer, en la estación de tren, según salíamos, un hombre de unos treinta y muchos años saludaba con una cara radiante de ilusión por encima de mi hombro a alguien que venía detrás de mí. Pensé: "Con menos años, sería su novia, pero..." Me volví, curioso, y vaya, efectivamente, estaba saludando a su madre.
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A cambio, en El Puerto, vi hace unos días a un matrimonio que durante su paseo se había encontrado con otra señora. Se habían parado los tres a saludarse animadamente. Algo no encajaba, sin embargo. Me fijé mejor y pude comprobar que el marido estaba vuelto, como con sorpresa y alegría, hacia su propia mujer.
A cambio, en El Puerto, vi hace unos días a un matrimonio que durante su paseo se había encontrado con otra señora. Se habían parado los tres a saludarse animadamente. Algo no encajaba, sin embargo. Me fijé mejor y pude comprobar que el marido estaba vuelto, como con sorpresa y alegría, hacia su propia mujer.
7 comentarios:
Bonito todo lo que aquí dices, de verdad.
Un abrazo
Los dos primeros enternecedores.
El tercero no se si lo he entendido bien ¿se alegró de ver a su mujer yendo con otra? ¿volverá a sus orígenes?
Respetable Boo, el respetable siempre tiene razón, así que vuelvo sobre el tercero a ver si consigo dejarlo más claro. Gracias por el aviso.
Aún corregido me sigue quedado difuso el tercero.
Saludos
Alfredo
Mil gracias, Alfredo. Subo a verlo y a ver qué puedo hacer por esa imagen o si realmente era no verbal e intraducible.
Me sumo a Boo y a Alfredo: por favor, explica un poco más.
...Porque bonitos son un rato, los tres.
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