lunes, 31 de enero de 2011
— Mon semblable, — mon frère
En la barra del bar, junto a su taza de café, el parroquiano, serio, meticuloso, reflexivo, hace su quiniela. Yo, a un metro y medio, junto a mi taza, también me concentro en mi papelito: en una servilleta tomo notas para un poema. ¡Oh, mi hermano, los dos esperamos un golpe de fortuna!
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3 comentarios:
... y qué diferente desenlace.
No te creas, generoso MF. Prácticamente el mismo.
No es lo mismo, no. El parroquiano se parece más al comentarista deportivo, tú estás en el campo jugando todos los partidos.
Tanto blackberry y tanto trasto, y al final las servilletas, eh... ¿qué tendrán las servilletas?
Nos felicitamos por esas notas,muchas gracias por adelantado.
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