Agustín Porras no para de hacer descubrimientos sobre Gustavo Adolfo Bécquer, aunque no sé si éste le pediría que parase. El último, publicado en la nueva revista
El alambique, son unas cuantas coplas flamencas que el poeta sevillano firmó como G. M. R. Para explicar el seudónimo, propone Porras que el gran (y breve) Bécquer, llevado por el amor a la poesía popular y a su casi consustancial anonimato, no quiso marcarlas a fuego con su nombre. No: para eso mejor las hubiese dejado sin firmar. Más bien creo que no las consideró a la altura de sus poemas, como salta a la vista que no lo están. No quita para que alguna valga. Como ésta, transparente y sensual:
Al decirme: ‘yo te quiero’
deja que tan dulce frase
recoja yo con mis labios
antes que el aire la manche.
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