"A quien madruga, Dios le ayuda", y a quien no madruga también, pero el que madruga lo sabe y se lo dice, y, aunque sólo fuera eso, compensa el madrugón.
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Una tormenta de ideas con algún rompimiento de gloria
2 comentarios:
Buf, buf... con toda la sabiduría que emana del refranero español, este pareado siempre me pareció obra de un sádico.
Sádico, el despertador. Torturadores, los horarios laborales. El refrán, dulce consuelo.
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