lunes, 8 de septiembre de 2014

Guerrera


Voy contra mi interés al confesarlo, pero un tic de reaccionario me hace santificar (y disfrutar) mucho más las fiestas religiosas cuando no son fiestas civiles. Bien porque no la recoge el calendario laboral o porque trabajo, como hoy, en otro pueblo. Hay una voluntad de celebración por lo alto que me hace estar en tensión. Para un Virgen beligerante, además, es miel sobre hojuelas. No se lo digáis a nadie. 


1 comentario:

Ignacio Trujillo dijo...

A mí también me gustan especialmente estas fiestas, como Santiago o San José, por ser irrenunciable e íntimamente nuestras.