Recibo la Séptima antología de Adonáis y la abro, encantado, al azar. Cada autor cuenta lo que significó para él recibir alguno de los premios de la casa (Adonáis, Alegría o Pérez-Embid). Me apasiona la breve y borgiana respuesta de José Gutiérrez Román:
La concesión del Premio Adonáis supuso el anhelado reconocimiento del poeta que había sido, y la extrañeza del impostor que, bajo el mismo nombre, lo recibía.
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