Cada vez que oigo la palabra "silencio" echo la mano a mi Szymborska:
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
En la presentación de anoche del libro de José Mateos Otros cantares, ésa era, sin embargo, mi misión. Explicar el silencio sobre y entre el que se ha escrito ese libro.
Es un silencio distinto, y su prodigio es que desarticula la casi inapelable advertencia de Wislawa Szymborska en tres versos. Véase cómo. Escribe:
Enséñame, Pintura,
a robarle a la muerte
tanto silencio.
Están el
arte, la muerte y la vida (planteamiento, nudo y desenlace) en tres versos que son un acto cada uno. Pero la vida late callada en el silencio. Por eso, el silencio, aunque
se diga, no es paradójico, porque calla la vida, ésa verdadera a la que sólo se accede a través del silencio; y es, por tanto, más silencio que nunca y más vivo.
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