Llego a casa del primer día del trabajo y otros quebraderos de cabeza y los niños, aún de vacaciones, me ven desde lejos y vienen corriendo hacia mí. Carmen gana y dice: "Yo te he abrazado primero" y Quique llegue un instante después: "Yo te he abrazado más fuerte".
Carmen me enseña el dibujo que ha hecho, de cuando era una recién nacida y su madre y yo pensábamos en tener más hijos:
Bonito argumento, pero qué bien en casa. Chesterton decía que la casa de un inglés no es sólo su castillo, sino su castillo encantado.
Amén.
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