Apasionante lectura del Breviario de escolios de Gómez Dávila que seleccionan José Miguel Serrano y Gonzalo Muñoz en Atalanta. A menudo me pasma cómo pude leer algunos sin memorizarlos o cómo los olvidé y ésos otros que casi no parecen de Gómez Dávila.
Todos tan buenos que me he puesto a jugar al bingo, a ver cuándo señalo todos y cada uno de los escolios de una página. He estado cerca muchas veces y he cantado muchas líneas (tres en raya), pero aquí va mi primer bingo:
Con todo, lo más importante biográficamente. Siempre que alguien me canta las loas del viaje o que me pone cara de superioridad cuando yo alabo el sedentarismo, recuerdo este escolio:
Stabilitas loci --como la regla benedictina lo ordena. El errante yerra.
Pero ahora he visto claro, con caridad y compasión con mis interlocutores más intolerantes, que no se puede pedir a nadie que lo entienda si no ha leído las 160 páginas de Gómez Dávila que preceden a ese escolio o sus maestros en la literatura y en la vida. Lógico que no me entiendan. Este escolio sí lo recordaba y me lo sabía, pero, al releerlo, me he hecho, al fin, un poco más sabio y piadoso. Más benedictino.
6 comentarios:
"Salvo la regla benedictina, todos los estatutos de las colectividades humanas son grotescos y toscos"
"Salvo la regla benedictina, todos los estatutos de las colectividades humanas son grotescos y toscos" p 423.
Ampliando la defensa del sedentarismo, dentro de otro escolio y citando de memoria: "La mediocridad es inquieta y viajera"
Pero ¿usted no tiene la versión íntegra de los Escolios?
La tengo. La tengo. Pero toda relectura es poca.
Me parece que los escolios de Dávila no deben tomarse como dogmas; en cuanto al "viaje", Los viajes de Gulliver es uno de libros insuperables que he leído y no creo que los escolios de Don Nicolás salgan victoriosos frente a la obra de Swift.
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