jueves, 7 de junio de 2018

Igual en ambos casos


Releyendo Léxico familiar de Natalia Ginzburg, me acuerdo de mi madre. Pero no en general, sino algo concreto. Cuando murió mi abuelo, ella se compró un cuaderno y empezó a apuntar las frases y las expresiones y las historias que contaba su padre. Como Natalia Ginzburg sabia que aquellas frases eran nuestro latín y que bastaba recordarlas, como un conjuro, para sentir su presencia más viva.

Como se me mezclan las fechas, ahora no recuerdo cuando leyó mi madre Léxico familiar, aunque sí que se lo regalé yo. No sé, por tanto, si escribió el cuaderno porque había entendido perfectamente a la Ginzburg o si cuando leyó a la Ginzburg la entendió perfectamente porque había escrito su cuaderno. Mi emoción es igual en ambos casos.


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