lunes, 26 de noviembre de 2018
Mi sombra me asombra
Acostumbrado a llevarla por los suelos, como una moral hundida, de pronto, en el IES, he visto que mi sombra levitaba a media altura, sobre una puerta. Yo, no, sólo mi sombra, pero me ha parecido un buen presagio. Me ha levantado la moral.
Como era difícil de creer, me he hecho una foto y, para que se viera bien la altura de mi sombra, he levantado un pie. No sé qué habrán pensado los alumnos que pasaban viéndome fotografiar la puerta de enfrente a la pata coja, pero estaba tan contento que no me ha importado.
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1 comentario:
Es que, don Enrique, le leemos y nos hace levantar el vuelo: su pluma se hace ala para rozar el cielo sin piruetas, sin separarse nada del suelo.
¡Qué buena foto para autorretrato!
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