viernes, 15 de febrero de 2019
Abrahamcito
Carmen nos cuenta la historia de Abraham y su hijo. Le pregunto cuál era el nombre de ese hijo, y vacila. Su hermano, con toda seguridad, interviene: «Abrahamcito».
Nos reímos con Enriquito, y tanto, que a mí se me desborda la ternura hasta extremos heterodoxos. Si se hubiese llamado Abrahamcito, ¿no hubiese temblado mucho más la mano de Abraham?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Qué belleza, Enrique, qué ternura
Publicar un comentario