De Gonzalo de Berceo a Pablo García Baena.
Lo de Berceo (que nin lilio ni rosa) me ha recordado a los poemas que hacíamos en el colegio por el mes de mayo, con su cuidadosa rima en -osa y todo. Berceo o nuestro idioma, el castellano, niño, estrenándose con piropos a la Virgen. Con García Baena el idioma ha crecido, para bien y para mal, pero no ha olvidado su primera devoción y sigue acogiéndose a María.
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8 comentarios:
Pues a mí, qué quieres que te diga, me parece un poema muy relamido. No le veo la poesía y, si me apuras, no le veo la fe. O sea, que no le veo la verdad. Puritito decorado. Me quedo con Berceo y con Péguy...
Y además, eso de "llega a la tarea suya de la misericordia", ¿no está mal medido? ¿O es que las leyes de la métrica ya no rigen para los premios cervantes? Aparte de que no puede llegar a la tarea quien en ningún momento la ha dejado...
Bueno, no tienes que pronunciarte.
Ojú, qué malo zoy.
Estoy de acuerdo con Baltanás. Lo único que me gusta del poema (y me parece real) es el último verso.
Estoy de acuerdo con Baltanás. Lo único que me gusta del poema (y me parece real) es el último verso.
Qué no hay poesía? que no hay fe? Me parece impresionante el poema de García Baena. De una plasticidad, de una hermosura... Es una oración que mueve a la piedad, que nos hace volver -que me hace volver- los ojos a la Virgen en éste, precisamente, su mes. La imagen de las olivas y del aceite son las que yo destacaría por su gran carga simbólica. Qué frescura me trae este poema en este duro día de trabajo y Ley General Tributaria.
Querido Enrique, cuánto me acuerdo de tu verso "la ley de impuesto sobre el patrimonio". Saludo desde aquí a todos los opositores y a todos los poetas. A todos los opositores-poetas.
Vayamos por partes. Para empezar, yo también me quedo con Berceo y no sólo por la broma de la suegra. Relamido es Baena, ya se sabe, pero es cierto que tiene cosas muy buenas, como esa imagen del aceite último que señala Moreno y que remite, creo, a la extremaunción; o la caracterización pagana del otoño. También es bonito(aunque el verso no está medido) lo de la tarea suya de la misericordia, como si fuese una labor más del hogar, ¿no? Lo de la misericordia que "llega", cuando nunca se ha ido, mi tomista tocayo es, tal vez, una hipálage: el que llega es Pablo García Baena. Y así nosotros llegamos al meollo de este poema y tal vez de toda su poesía. Lo que a este poeta le interesa de la religión (ornatos aparte) es el perdón, sobre todo el perdón final, al estilo del Marqués de Bradomín, que aconsejaba a las damas no convertirse mientras fueran todavía hermosas, sino sólo al sentir cercana la vejez. Por eso, la imagen del aceite último nos gusta tanto a Pablo Moreno y a mí, porque es coherente con el mundo de Baena y, por eso, el agudo lector que es Baltanás no ve ni fe ni verdad. Lo que hay, en realidad, es ansia de ser perdonado.
Enrique: "Adiós, don Antonio". Entrada del 1 de junio de 2005, en mi bitácora. Espero que le guste a tu padre. Saludos para él y para Leonor.
Los hombres no podemos hacer juicios definitivos, sino sólo apuestas. Quién sabe lo que será el poema de PGB a la vuelta de unos años? ¿Dejará de gustarle a los que ahorga gusta? ¿Le gustará a los que ahora le disgusta?
Sólo una cosita más: yo bujeta he tenido que buscarlo en el diccionario, y en las tres acepciones que registra pone "desus." Desusado, vamos. ¿No sería mejor rebuscado?
PS. A mí el gran poeta de Cántico siempre me ha parecido Mario López. Pero como su poesía se entendía a la primera...
Quizás me equivoco en todo, hasta en hostigar los frutos tardíos de un venerable octogenario.
Mario López es una lectura pendiente mía, a pesar de los consejos de amigos de los que me fío. Será que nadie es profeta en su tierra, porque ahora que me lo aconseja un usuario anónimo, he hecho firme de propósito de empezar a leerlo esta tarde. Gracias.
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