jueves, 25 de octubre de 2007

Libros de arenas (movedizas)

Lo habrán notado en mi sincopada sintaxis o en que no respondo a las llamadas o en que no contesto las cartas o en que olvido, incluso, las citas: la mudanza inmutable me está matando. Ahora vengo a llorarles sobre el hombro con un símbolo. Busco mis libros, no para regodearme, ni mucho menos, sino para preparar una lectura, los busco y no los encuentro, mis propios libros, ¿entienden?, que no es perder los de cualquiera de ustedes, que sí, que están muy bien, incluso mejor, pero son otra cosa, como es natural, y ya aparecerán. Ni mi vanidad, tan perspicaz para lo suyo, se orienta por una biblioteca a medias desmantelada, mudada a medias.

17 comentarios:

Adaldrida dijo...

Si te cuento lo que me pasó a mí con el título de bachiller etc... hasta en las mejores fgamilias.

Anónimo dijo...

Narra Máiquez sin zozobra
que a fuerza de sincopado
no encuentra lo publicado
ni recuerda lo que cobra.
¿La ha extraviado en una obra
o abandonado en la arena?
Esta desidia me suena
a descuido y cosa impropia.
A ver si su casa propia
fue a parar a casa ajena.

ESPINELETE

Anónimo dijo...

Los hijos tienen esas cosas, que se hartan de los padres y se marchan o se esconden. Ya volveran al regazo paterno. Dejalos que conozcan mundo. Ciau

Anónimo dijo...

En las mudanzas se pierde la vida misma.

E. G-Máiquez dijo...

Con zozobra, Espinelete, lo narro con gran zozobra... Pero por lo demás, qué chula tu décima. Que no recuerdo lo que cobro ¿es por la rima o es tal vez una pista para que vaya adivinando el nombre del autor de estos versos altruistas? Al resto, gracias por los ánimos (y a Isabel R., gracias por los desánimos, tan realistas).

Juan Manuel Macías dijo...

¿Y qué es esta vida sino una mudanza donde no se dejan de perder cosas? Eslogan de la empresa de mudanzas Heráclito. Por cierto, muy bueno el texto de las rosas, que lo proclamo aquí por economía de ratón.

Anónimo dijo...

Dudé en la preposición a utilizar porque no sabía si realmente lo narrabas con zozobra o sin ella. Me incliné por el "sin zozobra" porque hay en el texto ese punto de humor -o de sana indulgencia para con uno mismo- que tan bien manejas. Además, si uno pierde sus libros siempre hay buenos amigos que los prestan cuando se necesitan, por lo que el asunto tampoco tiene mayor importancia. En cuanto al "ni recuerda lo que cobra" no era pista alguna, ni pretendía serlo. Sólo la tiránica exigencia de la rima ramplona. Relacioné el no recordar lo que se cobra (el salario, vamos) con actitud de generalizado despiste. Ahora que lo dices y lo releo puede prestarse a una interpretación distinta que, con entera sinceridad, no es el caso. Si hasta barajé alguna rima con el reptil cobra, pero los resultados eran un disparate... Bueno, suerte en esa lectura. ESPINELETE

Anónimo dijo...

Casa Propia debe de estar enfurruñada, te está boicoteando con los compañeros de estante: ¿Y ahora qué? ¿Casa Vieja? -pensará- Pues toma "Día sin libro"... "de qué te quejas, dime".
Es natural, entiéndelo.

En cuanto a la mudanza, aunque fuera cierto lo que dice I.Riñón, a vosotros os da igual, "porque siempre,/ después,/ volverás a ver el mundo/ con ojos de recién resucitado".

¿Se nota que encontré un "Casa Propia" en la Feria del Libro Antiguo -ejem- y que estoy encantada?

Feliz tarde sevillana de lectura. Y a todos los privilegiados.

E. G-Máiquez dijo...

Ah, Espinelete. Ya me extrañaba a mí que Gonzalo Altozano de Intereconomía, que sí abe que no sé lo que cobro, le diese a las décimas. Pero fíjese que esto viene a ser un argumento a favor de la rima: usted buscaba un -obra y, ta-ta-ta-yán, va y pone el dedo en la llaga de mi desorden zozobrante-aunque-no-tanto.

Qué ilusión esa puya (¿o es pulla?) del libro antiguo, ejem. No sabré lo que cobro, pero con comentarios como ése me siento pagado.

E. G-Máiquez dijo...

Huy, se me olvidaba decir que qué bueno lo de Macías: "Mudanzas Heráclito". Dan ganas de montar una empresa, nada más que para sembrar los caminos de España de camiones con ese rótulo.

Anónimo dijo...

Pues es una tragedia. Y no va a ser ahora cuando lo sientas más, sino a medida que vaya pasando el tiempo y pienses si no tenías aquel libro, para recordar que se quedó en el camión de mudanzas. Y lo peor es que muchos de esos libros ni los tienen los amigos ni se encuentran en librería. Al menos, oye, si el camionero lee tus libros perdidos, habrás contribuido a la noble y humanitaria causa de la cultura popular ;) jeje

Anónimo dijo...

Nota de autor:

Hay lectores que piensan que eres mú listo.

E. G-Máiquez dijo...

¿¿?? ¿Qué malo he hecho para que piensen así algunos lectores?

Nodisparenalpianista dijo...

Compadezo a quien sufre mudanzas bibliotecarias. Pero al final es divertido el reencuentro, bajo las cajas polvorientas, con los compañeros de viaje. Aunque si lo llego a saber...

E. G-Máiquez dijo...

Sí, NDP, es la esperanza de esos reencuentros la que me sostiene.

Anónimo dijo...

Pero bueno, a estas alturas, ¿han aparecido ya los libros o tendrás que recitar de oídas? ¡Qué pena no poder estar allí y disfrutar!!! Por cierto, estoy leyendo ahora tu "Ardua mediocritas": me en-tu-sias-ma. Si te hace falta, te mando el ejemplar, pero con vuelta. Un abrazo, y suerte. Saldrás bien parado, que te he visto en tu salsa.

E. G-Máiquez dijo...

Ni aparecieron ni recitaré de oídas, que sería muy duro. Recurrí a mi madre y a su ordenada biblioteca. Gracias, Verónica.