domingo, 25 de enero de 2015
Querer ser más guapo
Varón de deseos, entre los muchos míos nunca he soñado con ser más guapo ni tampoco más delgado, bromas aparte. Pero ahora mis hijos han aprendido a hacer fotografías con el móvil y, mientras uno la hace, el otro o la otra posa conmigo. Salen guapísimos y me fastidia (me duele) no estar a la altura de mis pequeños.
"Lo malo del deseo es que vuelve sin avisar", avisaba Gómez de la Serna. Y que, cuando menos lo esperas, cuando ya es muy tarde, te surge uno inédito.
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2 comentarios:
Me viene muy bien esto para las clases sobre El banquete de Platón. Trata justamente de eso: el deseo (eros) de la belleza. Al principio sale Sócrates, que 'se ha puesto guapo' (contra su costumbre desaliňada) porque va a estar cerca de la belleza.
Acabarás implantándote pelo o poniéndote morros «porque se empeñó mi mujer».
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