sábado, 6 de junio de 2020

Pintura negra sobre fondo viejo


Hoy Quique ha manchado de pintura negra brillante el sofá del porche y yo he recuperado como nuevo un recuerdo de mi infancia. Mi abuelo se quejaba continuamente de «mis manitas» y decía que era un destructor implacable. Yo recordaba muy bien eso, pero no que hubiese causado ningún destrozo.

Estaba riñéndole a mi hijo cuando he visto claro lo que sucedió en mi infancia. Quique estaba fastidiado de mi enfado y se notaba que le afectaba, pero no las manchas de pintura en el sofá, que asumía que no eran para tanto, aunque no me lo decía, para no inflamar la situación. Pero yo se lo vi en su mirada.

Adiviné entonces por qué recuerdo a mi abuelo exasperado y nada de lo que pudiera haberme ganado tan mala fama y tan amargas quejas. Yo seguí con las mías, pero fiándolas ya muy largas. Supongo que cuando sus hijos o nietos le hagan alguna trastada, mi hijo recordará estos momentos tan familiares. 


2 comentarios:

Adaldrida dijo...

Hay que jalear los momentos creativos de los hijos, hombre, ¡que son luminosos!

Jaime G-M dijo...

hombre que bien las trancas y también las barrancas.
Pintura negra sobre fondo viejo es ya un hallazgo de EG-M, no sé de cuál de los dos.