sábado, 18 de julio de 2020

Media docena de sonetos


Cuenta José María Pemán que en el colegio San Felipe Neri, un profesor muy optimista les puso de tarea a los alumnos adolescentes que trajesen un soneto escrito por cada uno para el día siguiente. Él escribió los seis (eran sólo seis alumnos en esa clase) y los repartió entre los compañeros, reservándose el mejor. El profesor recogió los cuadernos y leyó los sonetos. Dijo: "Pemán, el suyo es el peor. Se ve que usted no va para poeta". El joven José María contestó por lo bajo para no traicionar las leyes sagradas del compañerismo: "Se ve que para lo que no voy es para crítico".

La anécdota la he escuchado y la he contado un montón de veces. Pero, en realidad, hay muchas posibilidades abiertas, menos la literal. No se puede ser un buen poeta, si no se es también un crítico como mínimo implícito y de lo propio. Si tuviésemos los sonetos, podríamos juzgar  con más fundamento; pero que en esta anécdota hay gato encerrado no me lo quita nadie de la cabeza. Pudo haber ocurrido una de estas cosas:

A) Que el joven José María se quedase, en efecto, con el mejor soneto y, por tanto, con el menos obvio y consabido, con el más personal, con el menos ejercicio de retórica. El profesor ejerció honradamente de profesor y le gustó mucho menos el mejor.

B) Que el profesor descubriese el pastel y, haciéndose el tonto, embromase al autor.

C) Que el profesor fuese consciente de las condiciones y aptitudes de Pemán y, al ver que su soneto era tan del mismo nivel que los poemas de los más brutos de la clase, le exigiese que destacara más.

D) Que el profesor lo descubriese todo, incluso el mínimo egoísmo de quedarse Pemán con el mejor, y no le estuviese dando una lección literaria, sino levemente moral.

E) Que el profesor fuese un crítico finísimo y que viese en tanta facilidad soneteril del joven alumno un escollo para que se convirtiese en un poeta auténtico, esto es, agónico. Entre dientes, mientras Pemán susurraba su protesta de crítico, quizá el profesor masculló: "Pero qué gran columnista será usted, Sr. Pemán".

¿Tenéis alguna preferencia u otra solución? 


2 comentarios:

Juan Ignacio dijo...

No sabría decir, pero sí que él tenía una fe absoluta en el que eligió...

Sergio Fernández Salvador dijo...

F) (A+B+C)Que el profesor se dio cuenta de todo, de que los 6 eran de Pemán y de que se había reservado para él el mejor, pero le picó en el orgullo para que se esforzase más, porque siempre se puede hacer mejor.