domingo, 6 de septiembre de 2020

El asno de Buridán c'est moi

 

Han pasado casi quince días y sigo sin decidir qué me gusta más. Un amigo preguntó a mis hijos si mi famosa fideuá de cangrejo al caldo de moharras y vino fino estaba tan buena como yo presumía.

Ellos dijeron (me contó después) que sí, sin duda, deliciosa.

Mi amigo no se rindió y replicó: «Sólo como hipótesis de trabajo, si la fideuá de vuestro padre estuviese mala, me lo diríais».

Carmen dijo: «No, no te lo diría jamás».

Quique dijo: «Sí, sí te lo diría, porque mi padre quiere que digamos la verdad siempre».

Entiendo que algunos de los lectores del blogg se dividan entre carmenófilos y quicófilos, pero yo no sé con qué respuesta quedarme. Ambas me entusiasman, como al pobre asno el montón de avena y el cubo de agua. Cuando creo que al fin me he decidido por una, veo la belleza de la otra respuesta, y así voy.

La única solución es que mi fideuá siga siendo espléndida. Eso es cortar el nudo gordiano.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Carmen va para política y como está recibiendo una educación exquisita seguro que lo hace fenomenal. A lo mejor su vocación es el derecho, siguiendo la tradición familiar, donde esa habilidad para callar la verdad por una causa justificada también es apreciada.

Quique será un gran maestro, elija la profesión que elija, porque un buen maestro siempre dice la verdad, aunque duela, porque sus discípulos deben conocer la realidad tal y como es.