Qué brillante propuesta (como suya) de Carlos Esteban a todos los neoliberales del mundo. Que su patrón sea san Mateo, que dejó su puesto de recaudador de impuestos a una sola llamada de Jesús, qué grandísimo ejemplo, qué incontestable virtud.
Yo, por mi parte, pensé entonces que a Zaqueo habría que hacerle santo patrón de los negociantes y emprendedores. Y parece que don Javier Vicens, que se ha mudado de sicomoro, digo, de blog, y ha bautizado el nuevo como Zaqueo, está de acuerdo conmigo, pues muy ladinamente lo ha subtitulado Lucas 16, 1-10, que no es el episodio de Zaqueo, sino... la parábola del administrador infiel, que tiene mucho que ver con el Zaqueo industrioso que aquí nos interesa.
Porque Zaqueo, de su fortuna, tras su conversión, da resueltamente la mitad a los pobres y todavía le queda dinero para dar a los que había estafado cuatro veces más (Lucas 19, 8). O sea, que con lo que había estafado, el genio de Zaqueo ganó, ya por medios honrados, siete u ocho veces más al menos. Desde luego, eso es visión para los negocios, capacidad de trabajo, rentabilidad, creación de riqueza y una considerable —admirable, diría— proporción de ética empresarial.
7 comentarios:
De un libro de espiritualidad de Tadeusz Dajczer: "Uno de los patronos del "sacramento de la conversión" es Zaqueo". Parece, en ese libro (Meditaciones sobre la fe), que otro es el "buen ladrón".
Jilguero.
¡Hola Enrique García-Máiquez! Me he animado a escribir en tu blog para saludarte y darte las gracias. He pasado muy buenos momentos leyendo tu "El pábilo vacilante" y cuál sería mi sorpresa al descubrir que eres un vecino, nada menos que de El Puerto de Santa María. Si algún día te veo por la calle y te reconozco no dudaré en estrecharte la mano y en decirte que aquí tienes a un lector. Tuve una fase de tristeza pero leyendo tu libro se evaporó esa tristeza inmediatamente. Creo que fue Montesquieu quien dijo que no hubo tristeza que tuviera que no se curara con una hora de lectura. Es lo que me pasó con tu libro. Seguiré la pista de tus otros libros. Muchas gracias, Enrique.
¡Gran libro, Jilguero!
Me apunto el libro de Tadeusz Dajczer.
Y muchas gracis, anónimo paisano. Dante explica que en el Paraíso la felicidad funciona como entre espejos, la alegría que uno transmite (ya un reflejo) vuelve de nuevo, más intensa, sobre sí. Te debo hoy una gran alegría. Me encantará, por supuesto, saludarte.
Me lo apunto para mi futura empresa!!!
Si usted quiere saber la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad sobre el caso Zaqueo vuelva a hacer "clic" en el subtítulo Lc 16, 1-10.
No he leído "El pábilo vacilante" pero cada vez que entro aquí me pongo muy contento. ¡Gracias!
Qué bonita es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y qué clarificadora confusión.
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