lunes, 15 de julio de 2013

Cuatro paradojas esenciales


La falsa humildad no miente.
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Sin embargo, el elogio social, diplomático, un poco hipócrita, tampoco. Es un camino a la verdad profunda del otro —y uno se da cuenta mucho más tarde, asombrado y agradecido a su educación tímida.
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Toda crítica, salvo en los raros casos en que sea un completo disparate, es un favor inmenso que nos hacen. 
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Y encima qué mezquinas son nuestras mayores ambiciones comparadas con nuestra realidad. 


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