Set II
13. Si una bola de cristal te pudiera decir la verdad sobre ti mismo, tu vida, el futuro, o cualquier otra cosa, ¿qué le preguntarías?
Lo dejaría rodar. En parte por pudor, lo confieso, y en parte por pasión. Lo bonito de la verdad es ir desvelándola. La sensual canción de Aute, que se puede aplicar al noviazgo, también casa bien con la realidad:
La prueba de que esto no es una pose es un amigo que tuve que tenía el don de clavar la personalidad de los demás. Me pasmaba su perspicacia. Una noche me dijo que si quería que me contase cómo era yo. Tosí y cambié, de inmediato, de tema.
14. ¿Hay algo que hayas deseado hacer desde hace mucho tiempo? ¿Por qué no lo has hecho todavía?
Desearía dedicarme profesionalmente a leer, a pensar y a escribir. No lo he hecho porque no puedo.
15. ¿Cuál es el mayor logro que has conseguido en tu vida?
Por omisión, que tiene su importancia, no he sido cruel con el débil. Por acción, creo que no está mal haber encontrado una voz propia en mis escritos sin necesidad de matar a ningún padre. Por delegación, traducir a Mario Quintana.
16. ¿Qué es lo que más valoras en un amigo?
La lealtad, que implica contarme los desacuerdos y las discrepancias a la cara y, entonces, después, por supuesto, exponerlos donde sea. También exige no disgustarse por esos desacuerdos, que, conociéndome, serán frecuentes. Sé que es pedir mucho, pero he tenido mucha suerte con los amigos.
17. ¿Cuál es tu recuerdo más valioso?
Atesoro instantes de una intensa dicha, como bajo un repentino chaparrón de gracia, pero son tan inesperados y tan rápidos que apenas pueden narrarse.
Un recuerdo interesante fue un golazo de balonmano desde medio campo que resultó decisivo. En mi colegio el balonmano era el deporte rey, protegido por los profesores, admirado por todos y por las niñas del colegio de al lado. Yo quise jugar desde pequeño, pero era muy malo y algo gordo. Entrené en el colegio, entre las risas por mi torpeza, y a solas, en casa, tirando el balón contra una pared, acompañado por el eco de la pelota y mis jadeos. Acabé jugando en el primer equipo y de suplente con las categorías mayores, incluso. Este recuerdo me ha servido mucho en otras circunstancias menos escolares para no rendirme.
Un recuerdo interesante fue un golazo de balonmano desde medio campo que resultó decisivo. En mi colegio el balonmano era el deporte rey, protegido por los profesores, admirado por todos y por las niñas del colegio de al lado. Yo quise jugar desde pequeño, pero era muy malo y algo gordo. Entrené en el colegio, entre las risas por mi torpeza, y a solas, en casa, tirando el balón contra una pared, acompañado por el eco de la pelota y mis jadeos. Acabé jugando en el primer equipo y de suplente con las categorías mayores, incluso. Este recuerdo me ha servido mucho en otras circunstancias menos escolares para no rendirme.
18. ¿Cuál es tu recuerdo más doloroso?
Hace mucho tiempo medio traicioné a un amigo. Ligué con una reciente ex-novia suya a la que él había puesto los cuernos. A pesar de la objetividad de los hechos, él se lo tomó como una afrenta inmensa y tenía razón y lo manejé mal. Me duele todavía como una traición y media.
19. Si supieras que en un año vas a morir de manera repentina, ¿cambiarías algo en tu manera de vivir? ¿Por qué?
Sí. Me dedicaría a leer, a pensar y a escribir. Un libro de consejos y recomendaciones a mis hijos, entre otros. También, me temo, me volvería más piadoso, y esto me da rabia porque no hay ningún motivo para no ser más piadoso desde ya.
20. ¿Qué significa la amistad para ti?
Algo omnipresente. Quizá demasiado para el concepto común de la amistad. Quiero decir, que la vivo con autores que murieron hace setecientos años, con mi mujer, con algunos objetos, con ciertas ideas, con mis lectores, con varios paisajes, con mis hijos, aunque suene horrorosamente progre... Mis amigos en sentido estricto sufren una durísima competencia.
21. ¿Qué importancia tiene el amor y el afecto en tu vida?
Hay una frase de Joubert que no logro recordar exactamente en la que dice que él requiere para vivir el clima cálido del cariño y del aprecio. Esto me pasa a mí. El amor, recordaba Borges, nos permite ver a los demás como los mira Dios; y yo no quiero salirme de la vista de Dios ni en los ojos de los demás. Quiero decir que es el único aire en el que puedo respirar a pleno pulmón.
22. Compartid de forma alterna cinco características que consideréis positivas de vuestro compañero.
Como tenemos un ordenador por medio, esta pregunta es un poco más difícil. A cambio no pasaré la vergüenza de oír mis cinco positivos, que tendría la obligación moral de matizar mucho porque la escritura me mejora. Vamos: 1) Se interesa (si no, no estaría aún aquí) y, por tanto, es interesante. 2) Es --si me perdonan la vanidad refleja-- inteligente. 3) No es egocéntrico (no soportaría tanto hablar de otro). 4) O es muy religioso o es muy tolerante. Y 5) acoge con ternura, con misericordia.
23. ¿Tu familia es cercana y cariñosa? ¿Crees que tu infancia fue más feliz que la de los demás?
Sí, sí. Mi infancia fue muy feliz, aunque nada edulcorada. Estuvo cruzada, a bote pronto, por la enfermedad de mi madre, por la ruina del negocio de mi abuela, por las crecientes responsabilidades profesionales de mi padre, por mi torpeza al saltar el potro en el gimnasio, por mi precoz acné juvenil, por mis visitas al ortodoncista, por las fieras peleas en el patio del colegio y con los vecinos de la calle de enfrente, por el aburrimiento de las horas de la siesta... Y qué feliz fue, cuánto.
24. ¿Cómo te sientes respecto a tu relación con tu madre?
Cada día es más estrecha, y eso que lo fue muchísimo desde el principio. La muerte, como supo Luis Rosales, no interrumpe nada.
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