La superluna
aliviada suspira...
¡Cupo en el haiku!
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Carmen: "¿Y mamá?
Yo: "Tenía mucho trabajo. No ha venido a comer".
Carmen: "Ya sabía yo que hoy no iba a ser un buen día"
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Impresiona lo que humaniza a ambos encontrarse con un compañero fuera del puesto de trabajo.
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Quien me pregunta por mis hijos me hace un favor. Me recuerda mi escala de valores.
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Sería bonito que alguien nos preguntase también: "¿Cómo está Dios?" "Estupendamente", responderíamos, mejorados.
4 comentarios:
—Y ¿qué tal le va a Dios?
—Últimamente está inefable.
—Pero ¿se le espera?
—Sí, dice que viene pronto.
La luna, gorda y coqueta,
sonríe al tomar asiento
en un traspuntín que, atento,
le ha ofrecido su poeta.
¡Me encantaron todas las notas!
Bravo por las notas. Aprovecho para dejarte el link del blog de reseñas literarias en el que colaboro, por si te interesa: https://capitulocuarto.wordpress.com
Un saludo.
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