Jaqueca

Levantarse con un punzante dolor de cabeza y recordar que anoche no bebí (casi) nada: el alivio, al menos, de la inocencia y la irresponsabilidad.

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El dolor más intelectual que existe: el alivio del postureo.

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El ibuprofeno, en homenaje a mi familia de boticarios: el alivio de la sangre.

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Conseguir escribir, no obstante: contra el dolor de cabeza, la cabezonería. 

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Aunque el dolor de cabeza, es cabezón, se agarra, también tiene su cabezonería. Y me alegro por gusto a la lógica de las aliteraciones. El alivio del lenguaje.

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Cuando la jaqueca se rinde, es como una marea baja. Deja más realidad a la vista y más paz.