jueves, 9 de noviembre de 2017

Otras vidas


Estoy haciendo un curso de formación para el profesorado en otro instituto. Y mientras camino por sus pasillos, al entrar o yendo al bar o al baño o al salir, me invade un sentimiento que conozco bien de otras ocasiones parecidas. La sensación de que podría ser profesor de ese centro y no del mío y que mi vida sería diferente. Toco con la punta de mis dedos otra existencia.

Y, de pronto, suelto una sonrisa que me destensa el pecho. Curiosamente no me asalta el mismo vértigo cuando me cruzo con otra mujer que no es la mía, incluso aunque fuese amiga mía de solteros y esas cosas. Mi subconsciente no bromea con la conyugalidad. Ni tampoco con mi pueblo. Ni con mis humildes literaturas. Posibles destinos distintos, en mi caso, apenas un cambio de centro de secundaria.

No me dirán que no es curioso.


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