A la salida de misa, Leonor y yo nos entretenemos saludando a un amigo. ¿Dónde están los niños?, nos preguntamos al rato. Oh, mira, columpiándose salvajemente en la cancela arriba y abajo. «¡Cuidado...», gritamos los dos, perfectamente compenetrados. Aunque Leonor añade: «que os matáis!»; y yo: «que os cargáis la cancela!»
martes, 11 de junio de 2019
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