Ayer íbamos a pasar el día al campo de unos amigos. Propuse en el coche rezar el rosario, pero amante de la libertad y curioso de la psicología, pregunté que cuándo preferían. Leonor dijo que ya, enseguida y ya estaba; Carmen, que a la vuelta. Y Quique dijo: «A la ida y a la vuelta». Yo sentí que la emoción recorría mi espinazo ante la piedad mariana de mi hijo varón. Pero añadió: «Dos misterios y medio a la ida y medio y dos misterios a la vuelta». Lo que recorrió mi espinazo ahora fue una risilla. Lo rezamos así, en cómodos plazos.
El día de campo, espléndido.
2 comentarios:
Interesante bitácora y esta entrada simpática y pía. Me hizo pensar cuánto tiempo que no rezo El Rosario (con todo rezo por mi cuenta, es una mantra que jamás hay que perder, tanto oraciones canónicas cómo soliloquios dejando que Mi Fe hable y clame, sobre todo , clamar)
¡Feliz Domingo , naturalmente que sí, con cordialidad y asilvestramiento!
Atentamente,
J u a n ��
Jajaja. Este Quique siempre genial.
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