Esta mañana traigo la navaja muy afilada: del poemario Versos de Suabia (Pre-Textos, 2005) de Carlos Pujol (Barcelona, 1936) basta con retener este extraordinario endecasílabo, epítome de todo el libro:
Yo soy de poco hablar, por eso escribo.
Una tormenta de ideas con algún rompimiento de gloria
Yo soy de poco hablar, por eso escribo.
19 comentarios:
Se me ocurre proponer que juguemos al uni-verso. Que digamos qué verso debería conservarse de cada poeta en el siglo XXIII. Como las señoritas primero, comenzaré con este verso de Rocío Arana: "No puedo ser feliz todos los días".
Y luego, de Aquilino Duque, éste: "Si dices la verdad, no la repitas".
Hagan juego, señores...
Tierra azul que nos llevas, ve despacio.
-Como el toro he nacido para el luto (Miguel Hernández)
-En fin, en fin, tras tanto andar muriendo (Francisco de Aldana)
-Siempre la claridad viene del cielo (Claudio Rodríguez)
- y etc., que el juego es infinito (yo)
... Y ETCÉTERA, QUE EL JUEGO ES INFINITO.
Con este endecasílabo, el sr. Anónimo ha zanjado mi pretensión de hacer una "Antología del Universo". Cierto que el juego pecaba de exagerado al exigir un sólo verso por autor, rompiendo el sentido de un poema y de una obra, que es el verdadero. Pero en eso estaba la gracia, si no me equivoco. Ahora bien, lo que ya no tiene ninguna gracia, como avisa el secreto amigo, es un juego inacabable. La esencia del juego es el límite, la excepción. Un juego infinito es una pesadilla. No sé cómo se me ocurrió proponéroslo. Quizá por las ganas de rendir varios homenajes (a Jaime -"la fija estrella y la flotante luna"-, a Insausti -"como se olvida una verdad: diciéndola"- o a Borges -"la sombra de haber sido un desgraciado"-, y a etc., que el juego es, en verdad, infinito) Pero, claro, no puede ser. Pasa como en el poema precisamente de Borges, que uno pretende retratar el uni-verso y cuando levanta la cansada vista del papel, cae en la cuenta de que se le ha olvidado la luna.
Hay mañanas en las que uno no está para [proponer] nada; sobre todo, los lunes, y más si caen en martes...
yo también me he quedado admirado del verso del escritor anónimo; pero creo que lo que hace es abrir una puerta y no cerrarla (abrir una ventana para ser mas exacto). Mi verso, de Vallejo: Murió mi eternidad, y estoy velándola (que en la voz triste del tristísimo de Felix Grande, como yo la escuché por 1ª vez, suena casi como una invitación al suicidio)
El juego tenía su gracia, me gustaba la idea. Sólo que lo más ocurrente en realidad era el nombre.
Cuando los lunes caen en martes son terribles, despistan demasiado. Hoy estuve a punto de llegar tarde al trabajo, por lo mismo: cada mañana entro a una hora diferente.
¿Lo mejor?: mañana es miércoles.
Buena tarde del no-martes.
De Keats, que viene al caso:
The poetry of earth is ceasing never.
Por qué cierras el juego, Enrique? (No es un endecasílabo, es una pregunta.) Si no me equivoco, "no puedo ser feliz todos los días" no es un verso, es un poema entero (con su título, NULLA DIES), y vos lo sabeís bien. Aún así, gracias en nombre de Rocío.
Reanudemos, el juego, bien, Rocío;
pero entonces escoge tú un buen verso,
de un clásico o quizá de algún amigo.
Hagamos, entre todos, de barbero.
"Este cristal es pan no venido todavía", César Vallejo.
"Ya no seré feliz. Tal vez no importa." J.L.Borges.
"y tú me escuchas jabonando paños".Tomé de Burguillos.
"Como dicen que mueren los que han amado mucho". Jaime Gil de Biedma.
"Bajo tu sombra, Junio, salvaje parra...", Pablo García Baena.
"Que esta página salve aquel momento". Miguel d'Ors.
"Te quiero para mí, bello prodigio". Rocío Arana.
"When the fire and the rose are one.", T.S.Elliot.
"Tus rivales ya son rivales míos". Julio Martínez Mesanza.
"Espera, corazón. Vendrá la lluvia..." Francisco Gallardo.
"Amar a una mujer no tiene fondo", Enrique García-Máiquez.
Y muchos otros más, que ahora me callo.
Estoy algo obtusa, pero mañana lo estaré más aún, así que no os preocupéis, alegres compañeros.
No viene al caso, pero aún así lo digo, y va por Fernando do Vale: ¡el fútbol es EMOCIONANTE! Hoy he jugado con mis primos, Gonzalo(el del poema "para luego", de MAGIA, que entonces tenía dos años y ahora seis)y su hermano Diego, en su campito de Almensilla. Éramos Diego y yo contra Gonzalo. No vale, decía este, sois dos contra MÍ. Pero Diego rebatía con su sinceridad de siempre: sólo soy uno, porque Rocío no sirve. Y era cierto: proverbial es mi fobia a las escaleras, picudas y ceñudas, pero igual fobia tengo al balón, sañudo y cejijunto. Aún así, me puse a jugar con ellos, me empecé a entusiasmar... paré un par de chutes (Diego comenzó a decirme chócala), y... ¡marqué un GOL!Diego me dio un abrazo enorme, en plan piña, en plan equipo. ¡GANAMOS! Al final de la tarde saqué de mi bolso dos piruletas enormes, y todo acabó con un segundo haiku, que tampoco sé si es bueno, y publico aquí.
Niños jugando
con barro en las rodillas
y piruletas.
"Y muchos otros más, que ahora me callo" (Jesús Beades)
"Que aún tienen sal las manos de su dueño" (Lope de Vega)
"El velador, el revelador, el velo de la faz de Dios" (Ibáñez Langlois)
"Nadie elige su amor. Entré por ellos" (JJ Cabanillas)
"un Dios que se concibe ya no es Dios" (José Mateos)
"Nunca estaremos solos" (Pablo Moreno)
El uni-verso:
un mundo pequeñito
en siete sílabas.
O
El uni-verso,
que un mundo entero cabe
en unas sílabas
"Oigo muchas voces y todas duelen"
"Triste final: despertar es morir"
"No escribas sino sabes qué decir"
Las tres son propias, las sumo al juego, aunque como Beades, creo que el de Miguel d'Ors de la página-baúl es increible.
Buenos universos, Pablo Buentes. Bienvenido.
Y estupendos haikus.
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