A Piedad Bonnett, a la que le reseño, hala, Las herencias (Visor, Madrid, 2008), lo que más le admiro es el título para una antología: Lo demás es silencio (Hiperión, Madrid, 2003). Y no le va a la zaga el poema que viene a continuación, sobre todo ahora que a muchos alumnos, que se van a la Formación en Centros de Trabajo, les voy diciendo con impensable melancolía "adiós".
................LOS ESTUDIANTES
Los saludables, los briosos estudiantes de espléndidas sonrisas
y mejillas felposas, los que encienden un sueño en otro sueño
y respiran su aire como recién nacidos,
los que buscan rincones para mejor amarse
y dulcemente eternos juegan a la ruleta rusa,
los estudiantes ávidos y locos y fervientes,
los de los tiernos cuellos listos frente a cualquier espada,
las muchachas que exhiben sus muslos soleados
sus pechos, sus ombligos
perfectos e inocentes como oscuras corolas,
qué se hacen
mañana qué se hicieron,
qué agujero
ayer se los tragó,
bajo qué piel
callosa, triste, mustia
sobreviven.
jueves, 2 de abril de 2009
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5 comentarios:
Pues sí, un ubi sunt muy bien reelaborado; los que nos encontramos antiguos alumnos por las calles, solemos pensar cosas así. Piedad Bonet ha puesto voz a nuestros pensamientos: gracias.
Pues ahí es nada lo que pensarán nuestros profesores.
Bellísimo poema, sí señor. Gracias a las visitas a esta casa estoy leyendo de vez en cuando mi poquito de poesía, que si es por mí, nada.
Gran poema. Gracias.
¿IMPENSABLE ESA MELANCOLÍA? SOMOS MÁS SENSIBLES DE LO QUE PENSAMOS. POR LO MENOS, A VECES
Me recuerdo a mi mismo en el instituto, con los pelos largos, los pantalones pitillo, el fular al cuello, las camisas de manga larga con camiseta blanca debajo y zapatillas John Smith.
Me gustaría saber que pensaban los profesores sobre nuestro uniforme.
Ahora como padre, me sorprendo y acto seguido me reprendo por criticar las modas actuales.
Me gusta el poema.
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