martes, 24 de septiembre de 2013

Chesterton en 1930 para hoy mismo


Pero la unidad nacional es una verdad, una verdad que no puede y no debe negarse, que no se deja negar, pero sobre todo por estas razones: que la nacionalidad es humana, y que la nacionalidad es europea. El hombre que olvida la nacionalidad se vuelve, ipso facto, menos humano y menos europeo. De alguna manera se convierte en una abstracción andante, en la resolución de algún comité, en el programa de alguna plataforma política; mediante una transformación inconfundible, que deja helado como el tacto de un pez, es menos hombre. El hombre europeo es hombre por su patriotismo y por la civilización peculiar de su pueblo.
 Puro güelfo blanco.


1 comentario:

Anónimo dijo...

El problema que yo veo es queun independentista catalán, o vasco, pueden muy bien suscribir estas palabras, pero las referirán a lo que entienden por su nación, que no es precisamente la española. Con lo que estamos en las mismas.